En esta ocasión, el actor Don Taylor sustituye a Richard Donner en la dirección para ahora dirigir el segundo periodo en la vida de Demian Thorn also known as El Anticristo, interpretado esta vez por Jonathan Scott Taylor, que ahora vive con su tío, tras la muerte de su padre, el embajador, en la primera parte.
Como tal, la secuela no supera a la primera parte, sin embargo, esta película es de esas pruebas que no todas las segundas partes son malas, pues continúa con la intensidad y bienhechura de la primera, sin desvirtuar lo logrado en ésta.
Sin duda, para tener un claro acercamiento a la sombra del hijo de Satán se debe de ver la triología entera, aunque la conclusión no es tan buena como las 2 primeras.
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