jueves, 17 de diciembre de 2020

Mank (2020)

Escrita por el padre del director David Fincher, Jack Fincher e intentada a filmarse en los 90´s con Kevin Spacey finalmente tiene salida gracias a Netflix construida directamente para ganarlo todo en la temporada de premios del año siguiente -si es que sí hay, pues nadie sabe bien qué pasará por esos rumbos- con Gary Oldman como protagonista interpretando al mítico guionista Herman J Mankiewicz, de quien no se habla mucho por la gigante sombra de Orson Welles, pero que finalmente -hablando de los óscares- en su momento ganó uno como guionista y terminó por volverse artífice en la película que por años se consideró la mejor película jamás filmada en la historia del séptimo arte.

Así que estrenada en muy pocos cines en noviembre, pero ya en streaming este mes, Mank ha cautivado a cuanto cinéfilo la ha visto, denotando la calidad creadora de los Fincher, y el  magistral histrionismo que ya todos sabíamos tenía el también legendario Oldman. 

La historia entonces sucede en los 40´s cuando se le da la total libertad creativa a Welles, interpretado también espléndidamente por Tom Burke -aunque sale poco en la película- y contrata a Mank, un escritor medio marginado por sus tendencias izquierdosas y su extremo alcoholismo para que escriba a nombre del director la película en la que se gastará esa libertad dada que terminará siendo el Ciudadano Kane. Entonces, la historia en tiempo real sucede en un aproximado de sesenta días en los que Mank está enclaustrado en una casa de campo luego de un accidente que le deja encamado y ahí será cuidado por Lily Collins durante la creación y solo es visitado más que nada por su hermano menor, interpretado por Tom Pelphrey mientras realiza el guión, pero a la par de esto se irán mostrando a manera de flashbacks momentos importantes en la vida del escritor que contextualizarán lo que inspira la creación del texto más que nada centrándose en su relación con Louis B Mayer (Arliss Howard), William Randolph Hearst (Charles Dance) y Marion Davies (Amanda Seyfried) quienes entre sus buenos y principalmente malos actos terminan por trasladarse a las letras de Mank para terminar siendo representados por los personajes de la cinta en cuestión, generando mil dilemas hacia todos los lados por los que la historia sea concebida.

La cinta en blanco y negro entonces termina siendo tan pulcra como uno esperaría de los creadores mencionados que no solo se ayudan por la participación actoral también de Ferdinand Kingsley, Jamie McShane entre otros, sino que contiene uno de los soundtracks más gigantezcamente distintos que hayan creado los electrónicos de Nine Inch Nails, Trent Reznor y Atticus Ross, una experiencia única que haría sonrojar a Alan Silvestri.

La película es totalmente recomendable y ya la vemos ser cabecera en la próxima entrega de premios pues tiene todo lo que usualmente requieren los académicos, pero aunque luego no son tan predecibles, uno esperaría que al menos ya se lleve su oscar a mejor actor al excelentísimo Gary Oldman.





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