Luego de su primer gran superhit, Night Shyamalan jala a su protagonista y aborda la temática de los cómics antes de que ésta esté en boca de todos; solo que Shyamalan no la toma para hacer un cine de superhéroes común y corriente, la lanza a la realidad y sugiere el hecho de que la lógica, la belleza, la estética del medio está inspirada en sucesos reales que le dotan de realismo y profundidad de la manera a la que al arte más clásico, más fino, pudiera afectarle. Estelarizada por Bruce Willis y un excelente Samuel L Jackson, la cinta ha sido retomada por las generaciones actuales más que nada por la que terminó siendo un spinoff de la misma, Split, película que ahora sabemos derivará en un tercer episodio llamado Glass... Por ahora reanalicemos la cinta que vimos hace 18 años y veamos si vale la pena o no retomar este proyecto tan lejanamente apagado.
La historia inicia con el nacimiento de Elijah Price aka Glass (SLJ), quien nace con una enfermedad de los huesos que afecta la densidad de los mismos, por lo que nunca podrá llevar una vida normal... su mamá (Charlayne Woodard) tendrá que darle un motor para llevar su vida lo más normal posible, y ese totem serán los cómics. Años más tarde habrá un accidente de tren en el que solo una persona saldrá ilesa: David Dunn (Willis). Al saber de esto, Elijah empezará a buscarle para ver porqué sobrevivió de la manera en la que lo hizo; poco a poco se dará cuenta de la naturaleza irrompible -o "protegida", como lo entenderían las distribuidoras cuyo inglés parece sacado de un juego de azar- y quiere serciorarse de que Dunn esté al tanto de la misma, siendo entonces el destino del protagonista ser un superhéroe de la vida real. Dunn se mostrará escéptico al principio, pero poco a poco su nuevo amigo le ayudará a corroborar que estas teorías pueden ser ciertas. Al final, como en todos los trabajos de Shyamalan, sucederá un evento (in)esperado que definirá el curso de la historia hacia Split, y que puede prever qué podría suceder en Glass... pero en su momento debido ya veremos qué pasa...
La cinta no es el evento fílmico que revolucionó la era, sin embargo, conserva un tanto de la buena rítmica del director, quien sabe aprovechar perfectamente a sus estelares y les explota de la manera en la que cada uno de ellos debe valorarse. El producto es bastante entretenido y justifica el hecho del status de culto que se le ha dado últimamente; es recomendable más que nada para hallar el hilo entre esta "nueva" saga, pero también como pieza única destaca como una pieza bastante interesante.
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