Cuéntase que cuando Dreamwork decide aventarse a ir más allá de lo que la industria dictaba, y tras una reunión del productor Jeffrey Katzenberg con Spielberg, éste último le sugiere "haz los 10 mandamientos"; Katzenberg se pone en acción, cede el proyecto a los directores Brenda Chapman, Steve Hickner y Simon Wells para hacer la segunda película animada no Disney más taquillera de la historia, despues de la de Rugrats, ganando el óscar a la mejor canción del 99´ ("When you believe") compuesta por Hans Zimmer y Stephen Schwartz, y consiguiendo un magistral reparto que incluía a gente como Michelle Pfeiffer, Val Kilmer, Ralph Fiennes, Sandra Bullock y Danny Glover.
La historia de Moisés y Ramsés como tal, auxiliada a ser escrita y arreglada por teólogos e historiadores religiosos para la solidez con respecto a la historia original; donde el Faraón Seti I adopta a un niño q llega de un río, le protege, le quiere como a un hijo, y termina siendo la encarnación de quien liberaría al pueblo que los egipcios esclavizan, que son los hebreos; se dan las plagas, la dolorosa rivalidad entre los hermanos, y.... la liberación.
Aún cuando podría ser una animación solo para escuelas cristianas, la cinta es una gran construcción de la fantástica historia bíblica, que hace ver a Los 10 Mandamientos (la película de 1956) comparable con los efectos especiales del Chapulín Colorado; pues los directores saben separar el fanatismo religioso y sobreponer lo asombroso, lo mágico como el elemento máximo de su gran nueva pieza cinematográfica.
El Principe de Egipto, entonces, va más allá, sobre pasa los tabúes animados y se levanta por sí sola como una buena recomendación de cine para niños y no tan niños no importa su afiliación religiosa sino simplemente su cinefilia natural.
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