Que mucho güara güara con el Güiri Güiri, y al final el resultado es tan falto de calidad como una historieta mexicana de los ochentas podría ser: Vulgar, con chistes bobos en general (pues sí sonríes en uno que otro), una evidencia innegable de la aculturalización mexicana que pasó de tener a grandes como Tin Tan a las ficheras tan famosas que fueron (sí, en una década donde la sexplotation gobernaba en el mundo entero, pero aún así, esa pseudo liberación sexual no es pretexto para la producción de cintas y productos de mala calidad), y cintas como la mentada y anunciada Cácaro Gumaro resultaron ser.
Contrario a lo que se pensaría por el trailer que anunciaban más en el cine que el ir a la dulcería o los propios servicios que el mismo cine brindaba, donde parecía que el mentado Cuino Meléndez de la Popocha (Andrés Bustamante) organizaba un festival de cine en su pueblito Guépez; la historia nos narra el desceso de un viejillo que tenía un cine, que tras su muerte hereda a sus dos hijos, Gumaro y Genaro (Carlos Corona & Alejandro Calva), su cine y su casa, las cuales tienen que trabajar para salvar debido a los extensos adeudos que tienen de sus respectivos prediales (impuesto mexicano que se cobra a cualquiera que tenga una propiedad), y pareciera fácil que ambos se pusieran a trabajar para rescatar del gobierno del naco presidente Popocha, y que fuera el esfuerzo el que se narrara en la cinta, pero no, en sí, la historia narra el constante pleito del uno contra el otro por arruinarse, pues cuando Gumaro recibe el cine, Genaro pone su negocio de películas piratas y escena tras escena, gag tras gag, entre estos el del festival que se ve en el trailer, se van poniendo impedimentos que terminan destruyendo idiotamente Guépez, y nada más...
Contando también con las actuaciones de una exageradamente caricaturezca Ana de la Reguera, destacada sobretodo por su belleza pero su inamovible incipiencia, y de gente como Chabelo, Jesús Ochoa, Mónica Huarte, Brozo, María Rojo, Kate del Castillo, El Caballo Rojas, Carmen Salinas, entre otros, la cinta no solo es chafa en cuanto a historia, sino que introduce el mezquino discurso de "dí no a la piratería", pero no solo como un atentado a los derechos de autor, sino con una intención que ni Hanna Barbera pudieron haber imaginado crear con villanos como Pulgoso o el mismo Pierre Nodoyuna, creando un discurso para retardados sin una comprensión más allá de lo insulso y vacío.
Aunque sí tiene uno que otro chiste que sí crea una sonrisa boba, es increíble como cintas como esta tienen apoyo infinito dentro de las producciones cinematográficas mexicanas, y que cuando sale una que realmente vale la pena como la del Santos vs la Tetona Mendoza, el desprecio y la habladuría arruinan el trabajo y esfuerzo de gente que hace productos de calidad.
Es recomendable solo si era fan del show del Güiri Güiri, o del cine de ficheras, o de las vulgares tiras cómicas de los ochentas, si usted es ajeno a cualquiera de estos conceptos no pierda el tiempo en productos como éste.
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