viernes, 22 de noviembre de 2013

The Hunger Games (2012)

Para cuando los Juegos del Hambre estaban por estrenarse, la sobrevaluada euforia de la fanáticada, que extrañamente resultó que todos eran fans del libro de Suzanne Collins, empezó a narrar la historia, para aquellos que no conocíamos la famosa saga, y no se pudo evitar la referencia inmediata a Batoru Rowaiaru, también conocida como Battle Royale, la película japonesa de Finji Fukasaku, y esa novedosa historia revolucionante era una copia agringada no confirmada de la mencionada, pero excluyéndose de esa ola de invasión japonesa en América...
Así que quien se encargó de dirigir esta propuesta tan original fue Gary Ross, a quien le tocó organizar a Jennifer Lawrence, Josh Hutcherson, Donald Sutherland, Liam Hemsworth, Woody Harrelson, Lenny Kravitz, Stanley Tucci, Elizabeth Banks, Isabelle Fuhrman, Amandla Stenberg, Wes Bentley, Alexander Ludwig, entre otros actores, y tratar de ubicarse en ese lugar que alguna vez sagas como Harry Potter, The Lord of the Rings o hasta Twilight ocuparon.
Si conocen Batalla Royal, esto les parecerá sorprendente:
Sobre un combate a muerte entre chavitos, organizado ritualmente por el gobierno, para desviar la mirada del pueblo en cuanto a su situación de crisis económica y desbalance social, y solo uno de los competidores puede sobrevivir y ser recordado con gloria por siempre.
La gran diferencia es que en Batalla Royal los meten a matarse porque ya nadie aguanta a los adolescentes, mientras que aquí más funciona como distractor político, algo así como el football en muchos países, pero más intenso.
La película en sí no es mala, y destaca en cuanto a estética futurista rebuscada extremadamente hacia un pop abarrocado, y sin duda su mayor logro es en cuanto a eso: maquillaje, escenografía, visuales. Ross jamás logra hacernos conectar del todo ni con los personajes ni con la acción que desatan los combates a muerte, tanto así que si se muere quien sea a uno no le importa realmente, incluyendo a Katnis Everdeen, el personaje principal; siendo quizás solo el personaje de Stenberg por el único por el que podríamos abogar, y eso solo por la ternura que la niña logra interpretar.
En general no es mala la película, pero su simil con Battle Royal es inevitable, y lo pobre que es el desarrollo de los personajes y la trama deja mucho que desear.







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