Primero una historia corta de 1956, luego un capítulo de Twilight Zone, y finalmente el blockbusterer Shawn Levy la retoma para la que bien traducida se llamadía Acero Real, pero en latinoamérica se malnombró Gigantes de Acero, eligiendo al máximo actor del momento Hugh Jackman como protagonista en la búsqueda de ganar cuanto más dinero de entradas al cine como sea posible...
La historia data de 2020, cuando los robots son usados para peleas que deriven en apuestas. Jackman es uno de estos "managers" de robots... pero es muy chafa; iniciando la película confrontando a Kevin Durand -con quien también compartiera antes historia en el universo Marvel X-Men-, un mafioso ranchero busca pleitos que más adelante volverá para poner en ridículo a Jackman ante su hijo -en una escene más forzada que nada-. Charlie Kenton, el personaje de Jackman, tiene un hijo, que vive con su tía (Hope Davis), ya que la estabilidad de Kenton no es del todo paternal... pero de vez en cuando el protagonista tiene que cuidar de él (Dakota Goyo). Ya a su cuidado, el niño acompaña a su fracasado padre a ver cómo le destrozan a sus robots en cada tipo de circuito de peleas robot a donde lo lleven... Ya que pierden la esperanza, el niño cae en un barranco y encuentra a un robot inservible, al que decide reparar, y al reestabler su sistema se va dando cuenta que tiene como alma, como sentimientos, algo raro... El niño ve potencial en él, y convence a su padre que le deje meterlo en peleas callejeras; Kenton burlonamente acepta, y predeciblemente Atom (el nombre del robot) vence. Poco a poco va subiendo de rango venciendo a muchos robots gracias al entrenamiento de box que Kenton le brinda, y destacando en fama gracias a que en su entrada baila con el niño... Llegado el momento entra a las ligas mayores, y tras vencer a un robot de 2 cabezas, reta al máximo campeón robot, un tal Zeus. Sus dueños aceptan, y da paso a lo único rescatable de la trama, un evidente homenaje al más grande clásico de box que haya en el cine: Rocky... -esto es un spoiler si vieron Rocky, pero es agradable la comparación-
El cast se completa con Evangeline Lilly y Anthony Mackie, y la producción termina siendo más entretenida de lo esperado; no obstante, cumple con esa expectativa de churro de alto presupuesto, donde la pretensión se come lo fantástico, y todo este rompecabezas cinematográfico es un clitché de lo que pareciera le gusta ver a la gente una y otra y otra vez.
Es recomendable para dominguear y dejar el ahondamiento y la poética lejos, muy lejos...
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