Henry despierta viéndose cyborg mientras su esposa le ensambla, y un ataque aún misterioso comienza, y el protagonista y su chica tienen que huir, saltando de una base aerea, y comenzando un camino que dura realmente toda la película. En el lapsus Henry se encuentra con Copley una y otra vez, a veces de vagabundo, a veces de proxoneta, a veces de punk... De un momento a otro Copley y Henry se alían en contra de Akan, el villano persecutor, y con el tiempo la verdadera historia de qué está sucediendo se va destapando hasta llegar al clímax que es bastante aceptable...
Con un soundtrack alocado y una estética muy basada en los videojuegos de 1ra persona, la cinta se vuelve una gran aventura justificada exclusivamente para nuestras generaciones gamers, teniendo como elementos destacados el uso de los efectos casi en tiempo real, además de las actuaciones de Copley, quien como siempre da todo de sí, y destaca por sobre cualquiera de la película.
La cinta es recomendable con esas precauciones, no la vean con sus papás o les causará epilepsia, ni con sus hijos por su intermitente visualización violenta y sangrienta además de sexualizada, bueno, a menos que sean papás muy abiertos...

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