Con catálogo bajo en películas sobre el tiempo del rap gangsta, el director Gary Gray, teniendo de productores a los mismos Ice Cube, Dr Dre y a Tomica Woods Wright (viuda de Eazy E), tutela la biopic sobre la banda, casteando un elenco ideal para la representación de los raperos -talvez uno de los mejores realizados- para construir una gran película del género que, auxiliada por el efecto viral de las redes sociales (véase meme), se vuelve una de las más populares del 2015, y de las más mencionadas en la temporada de premios 2015-16.
La película empieza en los tiempos narcomenudistas de Eazy E (Jason Mitchell), historia paralela a la de Dre (Corey Hawkins), que por no trabajar y enfocar todo su tiempo a los tornamesas su mamá le corre de la casa, y la de Ice Cube (O´Shea Jackson), amante de la escritura de rimas, quien le sufre a la violencia que existe en su barrio, Compton, aderezada por el extremo racismo que la policía blanca ejerce contra la juventud afroamericana. Cube y Dre trabajan en un antrillo, uno de DJ y el otro rapeando de vez en cuando, y es a Dre al que se le ocurre proponerle a Eazy E que, con el dinero de su narcomenudeo, abran una compañía de discos, la cual terminará llamándose Ruthless. Crean su banda de rap, NWA (Niggaz Wit Attitudes), al lado de MC Ren (Aldis Hodge) & DJ Yella (Neil Brown Jr), y tras su primer demo, un viejo llamado Jerry Heller (Paul Giamatti) se les ofrece de productor, rápidamente crecen y graban su segundo material, donde viene su canción más emblemática Fuck tha Police, la cual los sitúa en el plano nacional y les genera problemas hasta con el FBI; pero sus problemas no acaban ahí, pues Heller empieza a embaucarlos, provocando la separación de la banda en medio de un caos ya desatado que se dirige a la ya conocida historia de la guerra de mafias raperas entre la costa este y oeste.
La película termina siendo un buen viaje en la amistad de los tres líderes de NWA con unas muy sólidad interpretaciones y un soundtrack perfecto para la ocasión. Se sabe de que la historia causa bastante enojo a los personajes secundarios pues algunos son vistos desde una perspectiva negativa o menospreciante, pero si entre los quejosos está el embaucador Jerry Heller, y el bully Sugar Knight, que a la fecha ha sido encarcelado por asesinato e intento de asesinato, la historia no debe de fantasear mucho con respecto a dichos personajes.
Pese a ser muy aplaudida en los premios, es improbable que termine de ganadora en la mayoría de categorías nominada en las distintas premiaciones donde está, por el conocido predominante racismo tendencista que los catalogadores tienen; pero como sea, la cinta es bastante recomendable y nos invita a revisitar nuestros discos de los 90´s, ponerlos una vez más y recordar.
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