miércoles, 17 de junio de 2020

Do the Right Thing (1989)

Un clásico perdido, que solo los libros mencionan, pero casi ninguna plataforma tiene es la infaltable de Spike Lee, la que le pone en los archivos de historia, no solo de la cinematografía universal, sino de la historia, pues en su propio discurso crea algo más que una cinta, genera un testimonio social más necesario que tantísimo cine en este momento... gracias a la situación pésima del mundo actual, la cinta ha vuelto a emerger en medio del caos que 2020 ha resultado ser; aprovechamos este resurgimiento y finalmente tuvimos acceso a una de las películas más importantes y menospreciadas de la historia, y esta ha sido nuestra impresión:
Producida, escrita, dirigida y coestelarizada por Lee, la cinta nos narra los acontecimientos sucedidos en Brooklyn alrededor de la labor de una pizzería dirigida por italoamericanos en un barrio negro; una pizzería que contrata afroamericanos, los discrimina y a la vez sabe que vive de ellos. La historia empieza planteando el contexto del barrio, va surcando por todos los personajes que se contienen dentro de ésta, pasando por cada identidad y postura subyacente de éste, no solo dividiendo entre malos y buenos sino en facetas de las posturas de cada uno de ellos, teniendo como eje de la historia a Mookie (Lee), quien es empleado de la pizzería, y si bien no es el mejor empleado, él es quien tiene noción de todas estas posturas mencionada, él sabe de su eficiencia y deficiencia, se sabe mal pagado y mal empleado, mal padre, buen amigo, conocedor de las impresiones de cada ciudadano del barrio, pero muestra un carácter tranquilo y un tanto pacífico; pero la trama se desarrolla cuando un amigo suyo, Buggin Out (Giancarlo Esposito) lo visita en la pizzería y ve que en la pared del establecimiento hay muchos retratos de italianos famosos del mundo del cine, pero no hay ni un negro; Buggin le reclama al propietario (Danny Aiello), pero éste le dice que es su pizzería y no está interesado en poner retratos de negros en su pared, pese a que 99% de sus clientes lo sean; Buggin no tolera esto y comienza una campaña de boicot y desprestigio contra el local, aunque realmente nadie lo pela... A lo largo de la película, que transcurre en un día, los personajes se irán desarrollando, mostrando segregismo, opiniones, simpleza, bien, apatía, etc... pero la constante es el papel de Sal, el pizzero,  y sus hijos (John Turturro & Richard Edson) en un mal trato y desprecio contra la clientela negra que le visita, teniendo como principal grosería la que le hacen a Radio Raheem (Bill Nunn), quien anda por el barrio con su grabadora con Public Enemy todo el día, y cuando va a la pizzería, no solo son groseros con él, sino le obligan a callar su música para atenderlo... Las historias se siguen contando, pero es cuando Buggin y Raheem se juntan, al final del día, cuando el clímax sucede: SPOILER ALERT:
Buggin y Raheem le reclaman encarando a Sal, y éste rompe el radio de Raheem, comenzando una lucha que desata el caos en todo el vecindario, concluyendo con la muerte de Raheem a manos de la policía que prioriza los bienes de Sal ante la vida del muchacho; la gente se vuelve loca de ira y comienza la destrucción de la pizzería iniciada con el quiebre de la ventana de esta por el mismo Mookie.
En el epílogo Mookie y Sal se reencuentran ante la pizzería echa mierda, él le pide su sueldo de la semana y discuten, teniendo la postura del italiano en un comienzo soberbia y arrogante, y después culmina en un semblante reflexivo y consiente de lo que sucede; Sal no es un villano, es víctima también de un racismo cultural intrínseco que la educación hace surgir idiotamente, sin una razón en absoluto...
Entonces estamos ante una cinta que no solo denota un problema que hasta el día de hoy sigue, donde la injusticia se normaliza y se teme de discutir, pues se dice que se consideró prohibir la cinta por miedo a que la audiencia se alterara con la historia y saliera a cometer disturbios contra la ciudad simplemente "porque sí"; sino que es uno de los retratos sociales más importantes desde La Ventana Indiscreta, con un desarrollo de la historia increíble, la contextualización de un estilo de vida por la estética compositiva que Lee utiliza, y un llevamiento narrativo único que le vuelven de las películas más importantes de la historia.
Complementando el fantástico cast con Samuel L Jackson, Ossie Davis, Ruby Dee, Joie Lee, Martin Lawrence, entre otros; la cinta es enteramente indispensable, no solo para los cinéfilos de hueso colorado, sino para cualquiera que se sienta mínimamente indignado por George Floyd, la brutalidad policiaca, el racismo, la indiferencia... el cine como documento discursivo social se muestra más latente en cintas como ésta que en cualquier medio que se nos venga a la mente, y esto la vuelve una imperdible indiscutible.







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