La consolidación de Liam Neeson como un héroe de acción capaz de destronar a los ahora indestructibles Stallone, Schwarzenegger, Van Dame y demás, se da gracias a la secuela de la exitosa Taken de 2008, la épica película escrita y producida por Luc Besson y dirigida por Pierre Morel; solo que ésta secuela deja todo el aspecto de drama y se enfoca totalmente en la acción, por lo que, al dejar de lado la lógica de la historia, ahora con el sonido del viento Neeson puede saber los planes de los malos, que no importa cuantos sean, no habrá nada que le detenga en su "búsqueda implacable".
Luego de lo ocurrido en la primera parte, los malosos quieren vengar a los caídos, por lo que investigan quién es el asesino de sus familiares, y cuando lo hallan, él (Neeson) está en Estambul, con su esposa (Famke Janssen) y su hija (Maggie Grace), y ya que les descubren, es a Neeson y a Janssen a quienes ahora secuestran, y quedará en la hija en su violento karma la tarea de ayudar a su padre escapar y vengar su venganza no importa cual sea el costo.
Totalmente de acción, la secuela es solo para ver explosiones, persecuciones, peleas coreográficas y a un inmortal ex jedi confrontar hasta a los policías si es necesario para rescatar relativamente fácilmente a su esposa en esta nueva y exitosa en recaudación nueva aventura...
La película queda como recomendación para los testosterónicos, los que se quedan a descansar y dormitar un domingo en su casa, para los que no les interesa qué ver, para quien no tenga ganas de profundidad o simplemente para algún papá loco que no quiere que ni las moscas toquen a su familia.
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