Tras contribuir con grandes joyas de los efectos especiales como Terminator Judgement Day, y con la inminente potencia que Pixar se tornaría, en 1998, Dreamworks Animation lanza su primera de una larga serie de cintas animadas por computadora, compitiendo en tema y estilo contra Bichos de Disney-Pixar, siendo una increíble rival, pues la calidad y la historia no le pide nada a la competencia, y amabas se sostienen por su bien logrado contenido como dos grandes nuevos clásicos animados cuyas buenas memorias nos llenan a tantos recordando tiempos excelentes.
Dirigida por Eric Darnell y Tim Johnson, la cinta nos narra la histiria de Z, una hormiga obrera que no encaja en ese mundo dividido por obreras y guerreras, unas trabajando toda su vida en la consolidación de sus colonias, las otras peleando por ellas contra las otras razas amenazadoras; Z cree que él podría llevar a cabo otras tareas que su asignación nata no le deja, por lo que cierto día, él y su amigo Weaver deciden cambiar de lugar sin saber que ese mismo día, las hormigas irían a guerra, una guerra de la cual solo Z regresa (por esconderse en vez de pelear), y tras llegar de vuelta le consideran un héroe hasta el momento en el que es descubierto, por lo que para salvarse rapta a la princesa y se da a la fuga afuera de la colonia, mientras que dentro de ésta la leyenda de la obrera que decidió ser soldada inspira a otras hormigas mientras que el General Mandíbula, máximo soldado de la colonia, elabora un malévolo plan para apropiarse de la colonia tras matar a la reina.
Teniendo en el cast en inglés a Woody Allen, Gene Hackman, Sharon Stone, Sylvester Stallone, Jennifer López, Christopher Walken, Danny Glover, Dan Aykroyd, entre otros, todos novatos en el área del doblaje, la cinta es una absoluta joya de la animación de todos los tiempos, pues no solo el guión, la animación y la realización destaca, sino la manera en la que la cinta maneja conceptos como el status quo, el individualismo, el colectivismo, entre otras controversiales y filosóficas temáticas, la hacen una fabulosa historia para que los niños generen un criterio cuestionante y ávido, pero también una gran película que cualquier adulto podría disfrutar, teniendo en piezas como ésta un claro ejemplo de hacia donde tornaba el cine animado en aquellos momentos, en lo que se podría convertir (hasta los años de Shrek, donde un buen impulso se vuelve una meta codiciosa más que creativa).
Una absoluta recomendación para usted niño que raramente llegó a este blog, a sus padres que se asoman a ver qué lee su niño, a usted, tío del niño que anda de metiche, y luego se dice a sí mismo que no quisiera ni acercarse a la idea de tener hijos, y ustedes, amigos del tío que rascan sus cabezas calvas mientras leen lo que ha quedado escrito. ¡Gran película!
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