lunes, 21 de noviembre de 2016

Exeter (2015)

Dirigida por quien antes brillara por el remake de Texas Chainsaw Massacre, Marcus Nispel, la perteneciente al catálogo de Netflix traducida de título al español como #exorcismo, se haya lejos de los tiempos prometedores del director, siendo más un producto B para chavitos, que busca llenar los huecos que parecen hallados en un test de búsqueda de targets, de lo que a la gente le gusta que haya en las películas de horror: fiestas, adolescentes irresponsables, exorcismos, brujería, giros "inesperado", gore, etc, etc, etc... pero todo malhechón, plástico y con el mayor sinsabor que pudiera imprimirse en una película del género.
Estelarizada por Kelly Blatz, Brittany Curran y Michael Ormsby, y contando con la participación especial de Stepehn Lang, además de un grupo de milenials de relleno, listos para ser asesinados si así la trama lo requiriese, la historia narra los eventos en un manicomio abandonado tras un misterioso incendio unos años atrás. El edificio ha quedado a cargo de la iglesia, y entre los voluntarios se encuentra Patrick (Blatz), quien le cuenta a sus amigos del estado del lugar, y deciden hacer una fiesta masiva, que sin duda es comparable con la super fiesta de Proyecto X. Ya al día siguiente solo el círculo principal sigue en el lugar... se les ocurre jugar a brujería de chavitos como la de Las Jóvenes Brujas, desatando eventos diabólicos que van ligando historias medio extrañas zombieposesionezcas que llevarán a esos giros mencionados, de los que si sigo hablando arruinaré lo poco bueno que tiene la cinta.
La película es absolutamente dominguera, pese a contar con una fotografía aceptable por parte de Eric Treml; pero bueno, si está en Netflix es lo menos que podemos pedir ¿no?
El producto termina siendo recomendable solo para no prestar atención o dormitar en el proceso, siendo de esas miles B de las que vimos y no tenemos recuerdo alguno de haberlas visto.








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