Francis Lawrence vuelve luego de dirigir la secuela del 2013, para dirigir la primera parte del final (sí, Harry Potter inició una tradición que embeleza las almas de los productore$), y pues luego de la rebelde segunda parte, las expectativas y la fanaticada creció considerablemente, siendo éstas hacia la redención absoluta de la saga y el desencasillamiento total del status de teen best seller solamente, además de salir del closet que Batalla Royal construyó para cintas como ésta.
Tras el gran escape de la cinta anterior, Katniss (Jennifer Lawrence) está con la resistencia, asesorada por Plutarch (Philip Seymour Hoffman (que qué grato es verlo tras nuestro triste luto por él)) y por la presidenta Coin (Julianne Moore), para que la chica en llamas se convierta en su nuevo símbolo de la rebelión, su sinsajo, cosa que no ocurre sino hasta que es llevada por su ex ¿o era novio de verdad? (Liam Hemsworth aka minithor) para ver los vestigios de la guerra idiota que el Presidente malo Snow (Donald Sutherland) ha causado; motivándole a inspirar a los oprimidos con campañas similares a las de la revolución rusa y la liberación de los afroamericanos en norteamérica, solo que muy ultramodernista futurista cool; todo mientras Snow construye con veneno una maldad en el corazón del mininovio de Katnis, Peeta (Josh Hutcherson)... Así que esa preparación para la guerra se entremezclará con la ansiedad de la heroína por no recuperar a su pequeño french poodle, digo Peeta, y gags ocasionales de su hermanita con un gato gruñón (eso sí es literal)... Acabando en un: ¿en serio? ¿Ya acabó? ¡No pasó nada!, que talvez los fans de corazón aceptarán gustosos, pero el resto...
Resumiendo, la primera parte es aceptable, la segunda emociona, y la tercera se siente como un raro intento que copiar lo oscuro de cintas como Las Reliquias de la Muerte 1, pero sin el feeling que esta tiene incuestionable, solo dan vueltas a nada, a una situación, y sin siquiera darle una profundidad real contagiosa, como en la dos, la cinta de pronto acaba sin que nada haya pasado en realidad, siendo un ecuánime intro de lo que podría (o no) ser la película que finalice de verdad la saga en curso.
Completando el elenco con unos desperdiciados Woody Harrelson, Natalie Dormer, Elizabeth Banks y Stanley Tucci, la cinta tiene uno que otro momento que ayuda a mantenerse a flote, pero sin llegar a inspirar de verdad como un blockbuster de la talla debería de hacer; claro está, jamás cae en la estupidez absoluta que desperpentos como Transformers pudieran ayudar a la condenación y satanización de la cintas de gran recaudación de nuestros días...
Por lo que, con tres puntos suspensivos, la película es recomendable más para los fans y los curiosos que para los sedientos de un fantástico material que les erize la piel y les inspire el alma, en un espectáculo narrativo rebelde como podríamos suponer que pasaría....
Jamás se tiene feliz a NADIE, no se acerca ni siquiera a una copia de Harry Potter, no entiendo porque las comparan si son dos historias extraordinarias, completamente diferentes.
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