Del director Rawson Marshall Thurber, la traducida para México como ¿Quién chingados son los Millers? (en este blog nos quejaremos hasta la muerte de las terribles traducciones al antojo), es la máxima muestra de porqué las críticas están peleadas con la comedia. Prometiendo desde el aspecto de la inclusión protagónica de Jason Sudeikis, quien es tremendo comediante de Saturday Night Live, su papelito de talento se desploma tanto como la idea de que Jennifer Aniston sigue siendo lo que alguna vez fue en Friends, aún cuando en su escena sexy se ve que le echa ganas al ejercicio y a las dietas, los años siempre serán los años, solo se ha vuelto una milf de tercera categoría que pasa la mayor parte de su tiempo libre bronceándose. Como sea...
La historia narra cómo a Sudeikis lo asaltan y le quitan el dinero de su narcomenudeo, y su jefe, interpretado por el siempre pusilánime Ed Helms (The Hangover) le hace el trato de que si va por una droga a México le pasa lo robado, así que Sudeikis piensa que si va con una familia en la frontera lo pasarán de largo, así que le pide a su vecina tablera (Aniston), a un chavo cuyos padres nunca están (Will Pouter) y a una chica vaguita (Emma Roberts (Sream 4)) que se hagan pasar por su familia para realizar la aventura.
La serie de estupideces (y no de las del estilo de Will Ferrell si quiera, sino usando el término de mala gana) solo denota lo pésima que es Aniston, lo mal elegido que fue el guión para Sudeikis, y que los que realmente brillan en medio de tanta suciedad son Pouter & Roberts, pero es tal la chafez que si no dicen que aparecieron en la película les irá mejor en sus carreras. Quizás lo más destacado es en los bloopers al final donde a Aniston le ponen la canción de Friends, y ya...
No es recomendable en absoluto, no es dominguera, es una porquería, es aburrida, un gasto innecesario, esperando que la carrera de Sudeikis no se vaya a la mierda y se reincorpore a los grandes SNL en el cine.
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