El octavo proyecto de Tarantino vuelve a ser un western, pero en esta ocasión de sale del estilo pophiphoperon de Django y da un serio paso a una maduración personal como nunca antes había sucedido, como si antes su cinefilia hubiera sido el motor de su obra, pero ahora las maneras literarias inundan los motivos y resultados, teniendo el trabajo mejor contado de su historia, teniendo en una pieza casi teatral, una joya más de su filmografía que dividirá a sus fans entre tarantinofílicos de la etapa previa y tarantinofílicos eternos. Sea de cualquier tipo de tarantinofílico que usted sea, no se podrá negar la indiscutible calidad que el director imprime en esta bella construcción cinematográfica que se complementa con el asombroso cast que le haría competencia a cualquiera de sus máximas producciones.
Dividido en seis capítulos, la historia nos narra el camino del cazarecompensas John Ruth (Kurt Russell), quien va en un carruaje conducido por un nombre llamado O.B. (James Parks), con una prisionera llamada Daisy Domergue (Jennifer Jason Leigh) para cobrar una recompensa por su captura. En el camino se encuentran al Mayor Marquie Warren (Samuel L Jackson), sentado en una pila de cadáveres también para cobrar una recompensa, solo que no tiene cómo ir a cobrar, por lo que pide a Ruth un aventón, y éste acepta pues le reconoce y sabe de una historia que dice que el mismo Lincoln le escribió una carta personal durante la guerra civil a Warren, por lo que para el cazarecompensas es un honor hacerle el favor. Después, más adelante encuentran a un hombre que dice ser el nuevo alcalde de Red Rock, el pueblo al que se dirigen, llamado Chris Mannix (Walton Goggins), quien también necesita un aventón; a él se lo dan con menos ganas debido a su exagerado carácter hillbilly que no le hace gracia a Ruth.
Una tormenta se avesima, el carruaje tiene que descansar en una choza en medio del camino; les recibe el Señor Bob (Demián Bichir), un mexicano; Bob y Warren guardan los caballos mientras el resto entra. Ahí están un inglés (Tim Roth) que dice ser el ahorcador de Red Rock, un viejo que fue general del lado confederado en la guerra civil (Bruce Dern), y un hombre que escribe su autobiografía y tiene planeado ir a pasar la navidad con su mamá (Michael Madsen). Poco a poco los personajes se van presentando contando sus historias, e interactuando unos con otros hasta que desembocar en el clímax tarantinezco que lentamente se consigue hasta conseguir el factor inesperado que hace de la cinta lo genial que inicio diciendo.
Completando el cast con Channing Tatum, Zoe Bell, y hasta el mismo Tarantino como el narrador; y musicalizado nuevamente por Ennio Morricone, la cinta se vuelve ese nuevo proyecto para asombrarnos de la capacidad del director para contar historias, todo dirigiéndose a lo que ocurrirá una vez que se retire después de su décima historia, pues ya en entrevistas él ha dicho que planea escribir y dirigir obras de teatro una vez que su ciclo se cierre.
Entonces ¿dónde está la diferencia entre ésta y el resto de las películas? Primeramente el ritmo. Sin duda, ésta es la más lenta historia que él haya contado, pero lo hace de una manera cual libro, lo que vuelve interesante para minuto hasta llegar a los momentos de tensión que tarde o temprano ocurrirá. Y en segundo lugar la manera, el cómo resuelve la historia, todo desarrollado realmente en un lugar no más grande que una choza como uno la imaginaría con el solo hecho de nombrar la palabra... algo pocas veces visto, pero que bien construído enfatiza las bienhechuras tanto de la producción como de los actores.
Pues bien, antes de que acabe el año, y aún con la expectativa de a ver cuándo las distribuidoras se dignan en estrenar la película, les decimos que ésta reseña recomienda The H8ful Film como uno de los más destacados del año, y como una gran expectativa de lo que el director nos presentará en sus dos siguientes y finales compendios de una de las más grandes carreras que el séptimo arte haya tenido.
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