El platicado documental de Duncan Bridgeman, producido por Emilio Azcarraga, en el que se juntan a los principales exponentes de sus diversas áreas "artísticas", yendo desde Alejandro Fernández hasta Amandititita, desde Don Cheto hasta Pato Machete y de Blue Demon a Juan Villoro, la película no es otra cosa que un montón de presupuesto enmarañado, mal hecho, cínico, descontextuador y un mal intento de ser un documental cool.
Sobre el mexicano, la unidad, el alma, la identidad sexual y todo lo que se le iba ocurriendo al director en el orden que se le fue ocurriendo, haciendo creer que alguien de la élite musical como Pato Machete canta sobre cómo los pobres son olvidados, Gloria Trevi rapeando, etnias indígenas haciendo ritmos que después terminarán acompañando a chavos hipster con sonidos actuales, un gordo en bicicleta, y un montón de datos que harían creer que 1 las costumbres más arcaicas persisten predominantemente, 2 que los más mamones interpretes de la mencionada élite musical mexicana se la pasan pensando en el pueblo 3 que no hay una manera entendible o inteligente de describir al mexicano.
Yo soy mexicano, y conozco a los que se presentan en la cinta, y oirlos hablar de lo que hablaban los hace ver más hipócritas que desinteresados. Ellos son el Vive Latino, una industria de obligación de consumo que ha manipulado el andar del mundo musical desde hace más de una década, aprovechándose de su poder, y estancando a la industria artística bajo la sombra de imperios como Televisa o TV Azteca.
Hay gente que vale la pena como Diego Luna, Sergio Arau o Giménez Cacho, pero en un catálogo donde Don Cheto es lo más destacado, ese catálogo es una orgía cínica de lo que el México al poder significa, no lo que el país es. Para saber qué es México, vean películas como Heli, como El Infierno. Hecho en México es constructiva y artísticamente hablando, una porquería cool (eso sí), y en discurso es una maraña de hipocrecía y falsedad que da pena saber que nos crea sombra a todos.
Señores, hay demasiados artistas en el underground, demasiados que la película no considerará porque no son populares, excelentes músicos, propuestas, pensadores, búsquen a artistas que valgan la pena, no crean que México es lo que Bridgeman les dice.
No, no es recomendable, ni para mexicanos, ni extranjeros...
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