La cinta tiene lugar al mismo momento que Frontiere, seguramente con la llegada de Sarkozy al poder y la ola de disturbios que se dieron en Paris en contra del poderío de ultra derecha que el mencionado político significaba. Una chica embarazada (Alysson Paradis) se queda sola en su casa, muy encerradita por si los disturbios se extienden hasta los suburbios. Una persona toca la puerta de su casa diciendo que la conoce y quiere entrar, ella no le abre y sigue en la intimidad de su casa... obviamente, ésta señora (Beatrice Dale) logrará entrar sin importar que la chica llama a la policía, recibe visitas y esta en su territorio. La chica no cuenta con marido pues a principio de la película se ve que muere en un accidente automovilístico que seguirá latente a lo largo de la trama pese a que se ve que ya tenía bastante tiempo que había sucedido el siniestro. La chica de nombre Sarah tendrá que lidiar con el salvajismo de la irruptora en un producto tan sangriento como el género lo requiere, en una rítmica ad hoc al resto del movimiento.
Como menciono, no es la mejor de la nueva ola francesa de horror, pero se la mata a cualquier cochinada B que salga en las salas más cercanas forzosamente dobladas a las que tenemos que ir cuando no hay nada más que ver en el cine... Tanta es la diferencia entre la más equiz del movimiento con la mejor de las B que ya hasta hay una versión gringa B sobre la película, se llama Inside, que a la fecha solo ha mostrado el trailer y para nada se ve como algo que valga la pena, pero quién sabe, luego hay sorpresas en esta vida.
Pequeña entonces al lado de joyas como Irreversible, y light al lado de pesadillas como Mártires, pero sin duda, es un buen momento cinematográfico que bien vale la pena ver, más en algún maratón, si usted se considera realmente un fan from hell como siempre clama ser.

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