La historia que narra a dos amigas que desde niña juegan con la tabla, y que cuando crecen, una de ellas tras jugar con la tabla, se "suicida", por lo que la amiga, la estelar (Olivia Cooke) invita a sus amigos (su novio, el novio de Debbie (la muerta), su hermana y una que casi casi iba pasando) para descubrir por medio de la ouija que había pasado en ese misterioso suicidio, sin darse cuenta que al jugar con la ouija abriría canales muy difíciles de cerrar.
Yendo a ver la película sin grandes expectativas, así mismo he salido del cine...
La película es obvia, aburrida, tonta, tiene a la peor protagonista que recuerde, y en su mojigatez lo único que hace es arrastrar a todos hacia la maldición que el juego conlleva y al final parecese querer mostrarle como la víctima... Las secuencias del juego son clitchés del género, como el hecho de que nadie prende las luces, los reflejos, los ruidos fuertes... y el final ¡uff! ¡una total porquería! Teniendo como resúmen único que Buffy la cazavampiros podría ser una epopeya literaria comparado con la porquería que la película termina siendo.
¿Entonces qué caso tiene ver este tipo de cine que ni a horror B llega? Llevar a la novia, olvidar la rutina, ir a divertirse con los amigos, como si fuera casa de terror del parque Divertido, pero sin tomar el factor creativo o artístico ni siquiera en cuenta, pues más que una obra de arte es una pieza de entretenimiento asustoso y nada más...

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