La siguiente reseña cita el preámbulo de la directora Jennifer Kent, quien para hacer la película no solo uso de referencia e influencia confirmada por ella misma a David Lynch y Roman Polanski, sino que decidió solicitar a Lars Von Trier dejarle ayudarla de asistente durante la filmación de Dogville, para tener algo de su maestría y genialidad y plasmarlos en los proyectos que tenía en mente, comenzando con su cortometraje The Monster, y en la, basada en este mismo corto, película completa The Babadook, donde la directora crea una historia adoc a las generaciones del terror psicológico y más importante que eso, una historia de terror fantástico, donde se aprovecha de la recontextualización de cuentos para niños para volverles mitología horrorosas que ahora andan formando a las ordas de espectadores del género para los años por venir...
Comenzando la cinta con un accidente, y más tarde una relación no muy feliz entre una madre (Essie Davis) y su raro-loco hijo de siete años (Noah Wiseman), quienes de un momento a otro encuentran el libro del Sr Babadook, que parece liberar una maldición proviniente de éste personaje, que poco a poco va ensombreciendo la actitud del niño, y después de la madre, enegreciendo la trama, las actitudes, la textura, y todo sin casi ninguna aparición del demonio/moustro/cosa creada por Kent, teniendo aquí que hasta hay escritos en internet que el Babadook hasta podría ser un simbolismo de la relación madre-hijo-postmortem (del papá), viéndose resuelta por medio de los fenómenos babadookenses.
Destacando ahora también las fabulosas actuaciones tanto de Davis como de Wiseman, un soundtrack bastante acertado por parte de Jed Kurzel, un inolvidable arte por parte de Alex Juhasz, y una destacada edición (no por nada hasta nominada en los premios AACTA fue) por parte de Simon Njoo, todo ensamblado como pocas veces hemos visto por el trabajo de Kent; la cinta elogiada por el mismo William Friedkin, mencionando que es una de las más terroríficas películas que ha visto, es una excelente nueva propuesta que se subvalora por la distribución, pero se autodescubre por el par-a-par, voz-a-voz, que gracias a las redes sociales le han vuelto la piedra angular de los moustros estilo creepy pasta, sobrepasando la teen mitología del afamado Slenderman, gracias a su solidez y calidad que esta producción australiana ha conseguido.
La cinta es una nueva indispensable del terror actual y se prevee como un hito generacional cuya calidad sobrepasará su débil distribución, volviéndole un evento de culto que esperamos sea el inicio de una prominente carrera por parte de Kent. ¡Absolutamente recomendable!
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