Dirigida por la neozelandesa Niki Caro, y estelarizada por Kevin Costner, María Bello, Martha Higareda, entre otros, McFarland es una película de Disney, cuya máxima relevancia es el momento/contexto histórico en la situación latina en Estados Unidos, teniendo que la relevancia simbólica de que la empresa del ratón sea la que enaltezca a los personajes mexicanos casi a la par de las grandes cintas de historia afroamericana significa un enorme paso en la estabilidad de nuestros paisanos en el norte, siendo asimilados como ciudadanos valiosos y no las escorias que la ultraderecha racista se ha esforzado en representar.
Comenzando la historia desde la perspectiva de Jim White (Costner), quien en 1987 es despedido de una escuela de caché por pegarle a un arrogante niño preparatoriano, teniendo que irse a vivir al feo barrio de McFarland, un lugar norteamericano donde la población de mexicanos recolectores se concentra más en todo el país; en McFarland, White entra a dar clases de educación física y biología a chavos migrantes, a los que primero ve con desprecio, pero poco a poco va viendo en cuanto a cualidades y aptitudes, siendo que gracias a su ardua labor recolectora, son extremadamente resistentes al esfuerzo, el clima de calor exhaustivo y capaces de correr a velocidades poco común, por lo que con trabajos crea un equipo de cross country, el cual poco a poco va ascendiendo hasta ser la nueva gran sensación en el deporte, ayudando a la mejora económica y social de McFarland, y demostrando que la adquisición de ese sueño americano es alcanzable, aún teniendo hasta las leyes en contra.
La película como tal no tiene gran cosa de sorprendente, esta bien hecha, bien contada, y ya; pero es la temática y contexto, como antes digo, la que la hace relevante y la vuelve icónica en la comunidad latina, y especialmente mexicana allá en Estados Unidos, como un respiro de esperanza que increíblemente da la compañía del ratón, inspirando e impulsando a la resistencia en la búsqueda de esa América de ensueño, disponible para esos que la trabajan y están dispuestos a dejarlo todo por la realización de la humanidad que todos merecen, que ese discurso nacional siempre supone ha sido.
La película entonces es recomendable por eso, es linda, es motivadora, bien hecha, pero sin esperar a ver o vivir la máxima de las experiencias cinematográficas que hayan presenciado.
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