Y ya con garantía de fábrica, llega la nueva película de Danny Boyle, una comedia distópica escrita por Richard Curtis donde sin explicación alguna se cuenta que tras un apagón los Beatles dejan de existir... ¡¿Qué?!
Así es, la nueva historia contada por Boyle narra la monótona vida de Jack Malik (Himesh Patel), un músico fracasado inglés, cuya representante, Ellie (Lily James), solo lo representa por estar enamorada de él, y los únicos fans que tiene son sus cuates de siempre; ya que decide dejar la música porque nunca nada le sale bien, un camión le atropella al instante mismo que hay un gran apagón. Al despertar no solo se da cuenta que le falta su barba y dos dientes, sino que nadie conoce a los Beatles; los googlea y todo, y nada... Obviamente, empieza a tocar las canciones y a todos les fascina, por lo que se propone recordar todas las canciones de la banda de Liverpool y decir que son suyas, para salir del hoyo del fracaso... ¿qué sucederá entonces? No digo más para evitar spoilers...
La cinta tiene un ritmo muy boyleano, pero se deslinda un poco de su estilo más electro para homenajear al cuarteto faltante. Las actuaciones de todos son muy bien llevadas pese a lo ligeras que son, comparadas con otras de la filmografía del director, terminando por ser un producto bonito y amistoso sobre las cosas importantes que cargan con la cultura pop de nuestra actualidad.
El cast lo completan gente como Ed Sheeran, Kate McKinnon, Joel Fry, Robert Carlyle, entre otros; cuenta con un soundtrack enteramente escarabajo y si bien no es de las mejores del director, caracterizado por una intensidad mayor, es de las más amenas y llevaderas... Como sea es una buena recomendación en un año que no ha sido el mejor en cuanto a estrenos dentro del séptimo arte.
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