Luego de Exodus, uno pensaría que Ridley Scott ya estaba
pasado, y esas grandes glorias por las que le conocemos habían quedado muy
atrás, por lo que al ir a ver la traducida como "Misión Rescate" uno
iba sin expectativa y solo con la intención de pasar un rato saciado como un
cinéfilo suele pasar y ya; sin embargo, a cada minuto que va pasando de la
cinta Scott vuelve a sorprender, deleitar y hacer escuela como solo el gran
cine de Hollywood puede lograr.
Estelarizada por Matt Damon como Mark Watney, la cinta se
sitúa en un futuro no muy lejano, durante las primeras misiones colonizadoras a
Marte; Watney forma parte de una tripulación conformada por Jessica Chastain,
Michael Peña, Sebastian Stan, Kate Mara y Aksel Hennie, la cual se ve
boicoteada por una tormenta marciana que hiere a Watney de tal manera que le
dan por muerto y la nave tiene que partir sin él. Pero está vivo y ahora solo
en un planeta despoblado y con cero expectativa de vida ¿o no? Watney logra
encontrar una estación provisional, se cura, y a falta de suficientes
provisiones, y gracias a sus conocimientos botánicos, el abandonado comienza a
plantar papas, esperando que de uno a otro momento se enteren que está vivo y
vayan a rescatarlo.
En la Tierra es Mackenzie Davis, una trabajadora de la NASA
quien lo halla desde las proyecciones de los telescopios, y le avisa a Jeff
Daniels, director de la NASA sobre esto, por lo que ahora un equipo conformado
por Kristen Wiig, Sean Bean, Chiwetel Ejiofor, Donald Glover, Benedict Wong, entre
otros tendrán que balancearse entre lo éticamente correcto, lo diplomáticamente
viable y los tecnicismos de ir por un olvidado hasta otro planeta y resarcir
problemas de una prometedora misión aparentemente estropeada.
Cerrando el misterio de porqué es tan genial lo nuevo de
Scott con el hecho de que cuenta con Drew Goddard como guionista (dígase con
asombro: ¡Ohhhhhhhh!), la cinta termina siendo una exquisitez, pues la
producción orquestrada como Scott sabe más la rítmica de Goddard, más el
tremendo cast que no le pide nada a ninguna cinta le hacen una maravilla
fílmica que uno no esperaría ver en un año tan carente de calidad como lo ha
sido 2015. La bien traducida como El Marciano tiene lo mejor que Hollywood
puede lograr y refuerza su mítica presencia que cada vez parece más extinta.
Entonces quedamos que la basada en la novela de Andy Weir es
una indudable recomendación que seguro sorprenderá a más de un escéptico hacia
el gran cine hollywoodense.
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