Traducida en México como El Lado Oscuro del Deseo, y basada en la setentera Seducers Death Game, es el quinto largometraje del genial oso judío Eli Roth, quien asociado con productores chilenos y la auténtica Colleen Camp, de la cinta original, retoman la historia antes narrada que sgún a la vez se basa en una historia real, llena los huecos y faltas argumentales, y la actualiza tanto en un contexto donde los medios sociales pueden protagonizar los castigos enteros, como en tendencias de comportamientos y mofas negras ácidas de la generación actual postgrindhouse, grandes amantes de lo básico y el sinsentido.
Estelarizada por Keanu Reeves, la cinta comienza describiéndonos a su familia, él es arquitecto, y ella (Ignacia Allamand) artista plástica, solo que ella tiene que ir a exponer a otro estado, y él tiene que quedarse a acabar un proyecto, por lo que ella parte llevándose a los niños y le deja para trabajar; esa misma noche, a mitad de una tormenta, dos sexies chicas (Lorenza Izzo & Ana de Armas) se aparecen extraviadas pidiéndole ayuda, al final, él se ofrece a pedirles un uber, pero el servicio tardará 45 minutos, por lo que comienzan a socializar, y entre risas y miradas sobre todo Bel (Armas) comienzan a crear una conexión seductora, la cual termina guiándole al baño donde las dos le esperan para copular, perdiendo el uber, y terminando pasando la noche los tres juntos. A la mañana siguiente las chicas han tomado la casa y cuando él les pide que se vayan, ellas le chantajean diciendo que son menores de edad, y él las cogió, por lo que no hay más que hacer lo que ellas quieran; no obstante de un momento a otro ellas seden a partir, solo para la noche siguiente volver y consumar su aleatorio castigo, haciendo del ex-neo un scream king que deberá sobrepasar las obviedades de una víctima en una película de terror para sobrevivir, algo que se volverá más difícil de lo normal, pues contrario a los slasher comunes como Jason o Freddy, Génesis y Bel recurrirán al chantaje más de una vez, y sus principales armas no serán sierras o machetes sino humillación y prejuicio en una época liberada sexualmente, que quizá sea el principal freno para que Reeves supere el infortunio que le tocó.
Y pues primero que nada, es inevitable ver como Roth, Guillermo Amoedo y Nicolas López respetaron tanto la original al grado casi de copiar las secuencias y los diálogos; sin embargo ésta mímesis (por llamarlo buena onda) es redimida gracias a la buena adecuación actual, los puentes en los vacíos y errores en la original, y las excelentes actuaciones de Armas e Izzo, que muestran a cada instante muy buenas actuaciones de la insanidad que las personajes deben tener; inmediatamente se ve la línea de donde viene para lograr no caer entre las cintas B de la actualidad, y pese a su casi nula publicidad, gracias a contar con la presencia tanto de Reeves como de Roth la película se puede situar en un plano A del género, y ser acredora de situarse sin esfuerzo dentro de las buenas películas de horror de nuestros tiempos.
Pero fuera de la comparación con la primera y el estilo Roth, no es lo mismo hacer un remake de clásicos como La Profecía, a remakes de una casi desconocida película del sexplotation, por lo que la descontextualización puede ser total, y abrir puertas a comparaciones que hasta rompimientos de clitchés de toda una cultura pop establecida pueden causar ¿y cuales son éstos?
Para comenzar podemos hablar de la fantasía porno de que en medio de la noche misteriosamente llegan dos mujeres sexies perdidas necesitadas de un trío, que terminará volviéndose una pesadilla de horror, de invasión de hogar ¡¿cuántas invasiones de hogar hemos visto en el género?! cientas, miles...las más mencionables pueden ser Funny Games de Haneke o The Last House on the Left de Wes Craven, pues en la primera dos tipos entran a torturar a los habitantes, y en la segunda, lo mismo, pero con un final destacado (sin spoilers); luego sobre esa línea tenemos el clitché de la scream queen, como lo que vive Liv Tyler en Strangers, solo que en ésta vez el sexo se invierte y tendrá que demostrar que más que sexismo la mala suerte de la víctima se basa en el situacionismo, eventualidad que puede servir para su salvación o perdición; y finalmente se puede hacer la mención del personaje de Scatman Crothers en The Shining, quien podría ser llenado por el personaje Louis (Aaron Burns), solo para tener el pretexto de poder matar sin limitantes que pudieran generarse al crear lazos con los personajes a lo largo de la narrativa, pues si de pronto emerge alguien no constante, es más fácil justificar su muerte sin tanto rodeo...
Bien sabemos, por su trayectoria, que Roth no solo es director y actor, sino un auténtico fan del género, y como alumno tarantinezco, el conocer el terreno es prioridad para la creación digna de un producto cinematográfico de calidad, por lo que todas éstas menciones pueden haber sido utilizadas por el director o ser meras coincidencias que un cinéfilo reseñador podría chaquetear entre sus dedos.
Sea como sea, el resultado de la más reciente cinta de Roth es bastante aceptable, entretenida y recomendable; la posterior a Green Inferno (hasta la fecha no estrenada) nos garantiza material de calidad por parte del director, y nos hace tomar en cuenta las carreras de las dos villanas en turno, a quienes habrá que seguir esperando saber de nuevos proyectos donde podemoa apreciar más de sus respectivas cualidades histriónicas.
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