sábado, 27 de febrero de 2016

Gods of Egypt (2016)

Los blockbuster masivos comienzan a ser anunciados. Por un lado están las sagas, que serán la entrada efectiva para los séquitos cinéfilos necesitados de más, más, más, y por el otro lado están los presupuestos sedientos de llenar salas con espectacularidades, explosiones e historias vacías que satisfacerán inmediatamente pero casi nunca persistirán en las mentes de los espectadores... Éstos "Blockbuster B" tendrán a La Roca, personajes no tan populares de videojuegos, y CGI no desarrollados plenamente que terminarán llenando las tardes de domingo en los canales de Fox, sin resonancias ni buenas ni malas, solo efectos especiales que entretendrán en ese lugar que antes ocupaban las series sobre demoliciones de edificios y persecuciones policiacas. Sin embargo, así como 2016 inició bien con Deadpool encabezando la ola del año, el primer Blockbuster B queda a cargo de una leyenda de culto como lo es Alex Proyas, que logró consagrarse con cintas como Dark City o Yo Robot... pero ¿dioses egicios güeros encabezados por Nikolaj Lannister y Leónidas? ¿seguro? ¿logrará Proyas hacer lo que Tarsem Singh logró en Inmortals? ¿o será el camino que va de la ninguneada Señales del Futuro que siguió el rastro conocido de destrucción de Nicolas Cage?
Jurado ¿tiene su veredicto?
Cuéntese así: En una mitología egipcia predominada por caucásicos, la coronación de Horus (Nikolaj Coster Waldau), hijo de Osiris (Bryan Brown), está por ser coronado ante los egipcios como nuevo rey ¿o faraón?, y todos los dioses van a felicitarle en el máximo festejo; pero Set (Gerard Butler), el hermano no querido de Osiris, hace aparición y arruina la fiesta, matando a su hermano, sacándole los ojos a su sobrino, y condenando a todos los humanos a la esclavitud... Tiempo más tarde, una esclava, Zaya (Courtney Eaton) le pide a su novio, Bek (Brenton Thwaites), quien también es el narrador inicial, que robe el ojo de Horus, para que el dios regrese y regrese lo justo a Egipto. Bek lo logra, y cuando va a decirle a Zaya, su amo (Rufus Sewell), la mata, y lo único que a Bek se le ocurre es llevarla con Horus esperando que a cambio de su ojo, el dios la reviva. Horus acepta solo a cambio de que Bek lo ayude a completar su misión de derrotar a su tío, pese a saber que regresar a alguien de la muerte es imposible incluso para un dios.
Durante su viaje del héroe, los personajes tendrán contacto con el máximo dios,  Ra (Geoffrey Rush), el dios de la sabiduría,  Thoth (Chadwick Boseman), y la exnovia de Horus y diosa del amor, Hathor (Elodie Yung), esperando llegar a la meta antes de que Set conodene al universo mismo a una perdición infundamentada que su ira parece necesitar.
Entonces, ya mencionando el hecho de ser todo un viaje del héroe -algo que siempre es bueno oír/ver contarse-, de tener íconos proyanos en acción como el regreso de Sewell, interacción de personajes Marvel como Yung y Boseman, ver nuevamente juntas a Eaton y Abbey Lee Kershaw (quienes compartieron escenas en Mad Max el año pasado), y ver la mente de Proyas interactuando con una de las más ricas mitologías que se hayan creado, siempre son puntos a favor; la cinta termina siendo una interesante interpretación, asfixiante de acción, de personajes bien construídos y una epopeya visual que no le pide nada a ningún blockbuster, pero tiene varias fallas bastante llamativas que pueden dividir garrafalmente entre los gustantes y disgustantes de este nuevo proyecto.
Para empezar, sí, el hecho de que no pudiera amarronar el cast para claramente hollywoodizar la mitología vuelve algo peligrosa una tendencia que pudiera darse; a nadie le gustaría ver después una película de dioses aztecas donde Quetzalcoalt fuera más rubio que Owen Wilson...
Luego está el hecho del CGI Blockbuster B. Pese a que casi toda la cinta puede ser una odisea visual donde los dioses son excelentemente bien resaltados de los humanos gracias a las proporciones, y las secuencias de acción y aereas, que muestran el universo egipcio excepcionalmente, las armaduras de cuando los dioses se transforman terminan siendo patéticas armaduras como de caballeros del zodiaco digitales que seguro recordarán a terribles fallas visuales como las que tanto fueron criticadas antes en los tiempos de Ryan Reynolds como Linterna Verde... mal, muy mal las armaduras... pero quizás era así como Proyas quería que fueran, quizás esa fue su visión desde el principio, y el disgusto de nosotros puede ser el deleite de él... en su momento tampoco me gustó el diseño de los robots de Yo Robot, y la cinta terminó volviéndose un clásico de la ciencia ficción reciente...
Entonces ya han leído pros y contras en la reseña, y han visto que son más pros y contras para calificar la cinta... sin embargo los contras son bastante críticos pese a que las secuencias de las armaduras solo suceden al comienzo y final de la película, por momentos uno llega a olvidar esos personajes dorados mal definidos, pero la línea nos recuerda que verles pareciera ser el objetivo de llevar a cabo esa aventura que seguro emocionará a todos espectadores que dividirá extremamente a los haters de los fieles proyanos.
La película es recomendable, sí, sobre la línea Inmortales de Singh (aunque Inmortales sí es mejor, aunque no tan visual), pero véase con las reservas mencionadas recordando su naturaleza B que seguro más inspirará a decenas de mockopias que a directores del futuro, teniendo como premio de consolación que con los grandes éxitos proyanos será difícil que el director se satanice y pierda a la fanaticada con la que ya cuenta.










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