Conocida por muy pocos, pues no se considera parte de la filmografía real del director Quentin Tarantino; allá en sus años mozos, él y su amigo del videocentro Craig Hamann juntaron 5000 dolares y entre los dos hicieron un guión, que nada tiene que ver con la obra real del director de directores, sobre cómo pasar el cumpleaños de su mejor amigo, todo grabado en blanco y negro y se una manera bastante amateur; sin embargo la película se conoció hasta después tras la emergente imparable fanaticada del director, quien encontró la película tornada a solo un cortometraje debido a que el resto de la película se había perdido en un incendio, considerándose ahora solo un cortometraje.
Un buen pretexto para conocer a Tarantino antes de Tarantino, pero de su genialidad no hay nada, es más bien un experimento juvenil que da igual conocer o no; irrelevante en todos los aspectos de la palabra.
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