Sobre el sueño de la prospecto lesbiana de artsita, Betty Elms, para volverse una importante actriz de Hollywood, y las complicaciones elitistas, sociales y oníricas que Lynch le establece, vuelven a este piloto de serie, otra gran genialidad surrealista del director, teniendo escenas tan memorables como la de "No hay Banda", cuyo nivel onírico se eleva nuevamente a las alturas afectando no solo factores artisticos, sino de transforndo contextual pop posmodernista.
La película es exitosa en taquilla (dentro de las posibilidades del género), y la crítica, y se gana el premio de mejor director en Cannes, compartido con los Coen por "El Hombre que nunca estuvo allí".
Como casi todo de lo que hemos hablado de Lynch, Mullholland Drive es otra de las recomendaciones del autor, quien apoyado por Naomi Watts, Laura Harring, Justin Theroux, entre otros, se vuelve un clásico instantaneo del cine de autor.

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