Basada en la novela All You Need is Kill de Hiroshi Sakurazaka, la historia narra una invasión extraterrestre (sí, otravez, sí, como en Oblivion o La Guerra de los Mundos) de una raza muy parecida a los calamares de Matrix, que va ganando la mayoría de las guerras, por lo que el ejército ya recluta hasta los que no se dejan, y uno de ellos es el que hace los anuncios de reclutamiento, Bill Cage (Cruise), pero al rechazar la magnífica oferta se le trata como desetor y se lo obliga a ir al campo de batalla, donde en su primer batalla muere; sin embargo despierta, todo pasa otravez y vuelve a morir, y todo pasa otravez y vuelve a morir, y todo pasa otravez y vuelve a morir, hasta que en una de sus resurrecciones, la Full Metal Bitch Rita Vrataski le dice que la busque cuando despierta, y al hacer esto ella le cuenta que al matar uno de los calamares, que en realidad se llaman mimics, y especificamente al matar a los mimics alfa (mimics azules), uno puede regresar el tiempo para prever lo malo que pasará, así que en una rutina Groundhound day, Cage empieza a entrenar y a investigar como llegar al mimic omega (que como en muchas historias, al matar al jefe todos mueren, el efecto modem: jode el modem y se le va el wi fi a todas las computadoras), lo cual hará mientras comienza un no tan creíble romance con Full Metal Bitch.
Y pese a mi tono, la cinta tiene una buena calidad visual, en efectos especiales, y más gratamente en el buen uso del 3d, y aunque es mil veces mejor que la pálida Oblivion, termina siendo un blockbuster dominguero, un tanto referencial (Matrix, Groundhound day, Starship troopers), que no pasa nada si no se ve, y aunque tiene secuencias de gran placer visual tampoco se autoinmortaliza... Sí es recomendable, pero con estas observaciones.
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