Una más de las que tenía planeado estrenarse en los cines como parte de las que Warner distribuiría pero Netflix terminó estrenando es la basada en los libros de Nancy Springer, Enola Holmes, la cual narra las aventuras de la hermana adolescente de Sherlock Holmes, dándole el papel a la favorita de las generaciones actuales Millie Bobby Brown y teniendo en el papel de Holmes a Henry Cavill, quien no solo había conseguido regresar como Superman gracias a las peticiones de los fans en las redes sociales, sino que también por su desempeño en la serie Witcher, prometiendo ser uno de los proyectos más frescos de los últimos tiempos.
La historia tal cual comienza con la desaparición de Eudoria Holmes (Helena Bonham Carter), tras haber tenido una introducción de lo bien que se llevaban ella y su hija Enola, todo en un ambiente muy feminista y libre; Eudoria fomenta el conocimiento, la independencia y la autodeterminación, por lo que cuando desaparece uno tiene por seguro el libramiento de cualquier problema que se diera en la película. Llama a sus hermanos mayores, Sherlock y Mycroft (Sam Claflin), quienes ahora tendrán que apoyarla en su crecimiento y la búsqueda de su madre, lo cual se irá dando más que nada gracias al hecho de que tiene la inteligencia de su hermano mayor famoso, pese a que este realmente no la ayuda bien durante la historia para que ella sea quien resuelva el misterio sucitado en esta.
Así que en lo que parecía sería una película muy buena, pues el rompimiento de la cuarta pared desde el trailer se sentía como una promesa para una gran saga en desarrollo termina siendo un producto medio insípido, irrelevante y hasta genérico. La cinta nunca lleva a ser buena o mala y se mantiene en un nivel medio que en ocasiones hasta parece predecible y uno va revelando los misterios mucho antes que Enola.
Si bien MBB no hace un mal protagónico, pues su actuación terminaría por ser lo más relevante de la película, la cinta nunca llega a sentirse con un sentido de involucramiento como recientes cintas del estilo de Knives Out sí logran... aún si es un proyecto dedicado para las audiencias adolescentes debería sentirse como cierta invitación a ayudar a resolver el caso, lo cual nunca sucede.
La película termina siendo medio dominguera y recomendable más como para que sus sobrinas adolescentes pierdan el tiempo, pues seguramente ni a ellas alcanzará el ritmo que el director Harry Bradbeer decidió ponerle. Ya veremos si el tiempo la vuelve franquicia y se redime o este mismo la pierde en el bodegón de la irrelevancia.
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