viernes, 17 de julio de 2015

Drive (2011)

Sí, todos nos vamos con la finta de que con el anuncio de "la nueva Fast & Furious", la cinta sería un escupidero de testosterona más, vacía e idiota, pero no, la gente empieza a hablar bien de ella por doquier, y no solo los amigos con los que se ve el football o la lucha libre, sino los verdaderos cinéfilos y esos cuya opinión suele ser valida... Veamos entonces qué tal...
Dirigida por el danés Nicolas Winding Refn, alumno de Jodorowsky, la cinta se basa en la novela de James Sallis, y narra la historia de quien solo se conoce como The Driver, interpretado aplaudidamente por Ryan Gosling, en el papel que pareciera definir su carrera, quien trabaja de doble en películas de acción, y ayuda a maleantes a escapar de escenas de crímen; a su vez, cuando no hace ésto, trabaja de ayudante de mecánico con un señor llamado Shannon (Bryan Cranston) y está enamorado de su vecina madre "soltera" (Carey Mulligan); mencionada el "soltera" entre paréntesis, pues su esposo (Oscar Isaac) está preso, pero pronto en la cinta es liberado, vuelto a casa y se vuelve el tope del posible romance entre su esposa y su vecino. La cinta avanza lentamente en largos tiempos muertos de bella fotografía contemplativa por parte de Newton Thomas Sigel, y termina con el inicio del que podría ser el segundo acto: El Driver se encuentra al esposo tirado y ensangrentado, y termina enterándose que debe dinero a unas personas, y ahora le amenazan de que si no paga, no solo lo matarán a él, sino también a su esposa y su hijo, por lo que Driver le socorrerá, pese a meterse en la más peligrosa misión en su vida, y volverá de la cinta una de las más propositvas cintas de acción que pueda recordar.
Cerramos los datos ténicos con la inclusión en el cast de Ron Perlman y Albert Brooks, y diciendo que la cinta bien podría situarse firmemente en la herencia del cine noir y un poco en la tendencia iniciada desde Taxi Driver, solo que esa comparación con el cine de acción regular sí es una mentada de madre a cualquiera que espere ver algo volátil cotidiano, pues la rítmica, sobre todo al principio tiene más al estilo de Amat Escalante que a cualquiera de Vin Diesel.
Desde un punto de vista cinéfilo, lo logrado por Winding la vuelve una gran cinta contemplativa que aborda temas como el silencio, la imagen, la violencia y la mafia; se vuelve la cinta elemental de Gosling, rodeado de genios de la interpretación histriónica, y es una completa recomendación para los amantes del séptimo arte explorativo de los elementos estéticos abordables desde cualquier perspectiva que Winding nos muestre; habrá que seguirle el paso y no dejarle perder entre los miles de one hit wonders.








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