Nace Danny Boyle, hace su masterpiece, luego consolida su trabajo, su estilo, se vuelve leyenda... 20 años después, es tiempo de una secuela, al fin y al cabo la novela original de Irvine Welsh, Trainspotting, tiene una segunda parte, Porno... Pero ¿cómo osar tratar de continuar un ciclo cerrado? Picasso decía que no había obras de arte conclusas, es imposible cerrar algo; talvez más que ciclos son pisos en espirales; hay segundos pisos que valen la pena, otros que no... Boyle no quería que este nuevo evento fuera a destruir todo lo construído hasta ahora, así que primero aclara que no será un facsimil de Porno, que tendrá al cast original: Ewan McGregor, Robert Carlyle, Ewen Bremner, Jonny Lee Miller, Kelly McDonald, y hasta a James Cosmo como el papá de Renton; ahora solo queda dar a luz, otravez.
Comencemos donde nos quedamos, por si lo habían olvidado: Renton huyendo con el dinero, eligiendo por él... El trailer muestra a los amigos todos felices, incongruente con la lógica de la primera parte; pero bueno, ha de ser para emocionar a los chavitos de 20 que dicen crecieron con la cinta original (LOL); luego de ahí, Boyle nos ubica 2 décadas más tarde: Renton (McGregor) vive sanamente en Amsterdam; Begbie (Carlyle) está en la cárcel, le han negado libertad condicional nuevamente; Spud (Bremner) ha arruinado cada posibilidad de vida que se le ha dado por su aparentemente interminable drogadicción; y Sick Boy (L Miller) estafa a ricachones que contratan a "su novia" para tener sexo anal -los graba y luego estafan-. Renton vuelve a encontrarse con su pasado; su madre ha muerto; Spud le reclama por dejarle los 4k la película pasada, pues se los fumó/inyectó todos; Sick Boy lo agarra a golpes reclamándole porqué le había traicionado si se suponían mejores amigos; Begbie escapa de la cárcel. Ya de ahí hacia adelante, el plan ahora es abrir un burdel dirigido por Renton y Sick Boy, con Veronika (Anjela Nedyalkova) como matrona; buscarán un apoyo gubernamental para abrirlo justificándole como sauna... La tensión iniciará con el miedo a que Begbie no halle sin querer a Renton, y busque la tan merecida venganza que tanto anhela.
El cómo entender la esencia básica del film se encuentra en una frase hacia Renton "turismo nostálgico" "turista hacia el pasado"; la historia para Renton acabó al final de la primera, para el resto continuó, ahora él, como nosotros, se da un paseo por un momento muerto, recordado más que nada por las anotaciones de Spud, quien al final, termina volviéndose narrador y héroe, en este nuevo capítulo de aquellos chavos sin futuro, cuyo porvenir terminó alargándose al menos veinte años más (para la mayoría pues sí se menciona a Tommy y a la bebé)...
En hechura, Boyle conserva el dinamismo de la primera cinta, la magia etílica visual que reconstruyó nuestra cultura pop, y sin duda todo se concentra en esa rítmica, cuyo soundtrack nuevamente destaca, y la fotografía de Anthony Dod Mantle. Proyecciones, Iggy Pop y Underworld regresan como esqueleto de esta pieza que bien podría terminar siendo la Veinte Años Después ("no es lo mismo Los Tres Mosqueteros, que 20 Años después") de nuestra generación, ahogada en deprimencia, nostalgia e inevitable oxidación existencial.
Por supuesto que no supera a la original, pero el respeto es tangible minuto a minuto, teniendo una pieza dedicada a los fans de la primera parte, y un deleite fílmico también para los novatos en ésto. La película es totalmente recomendable, es divertida, está totalmente lograda, y si hubiera de desagradar a alguien ha de ser por un nivel de exigencia inaudito y sin razón alguna más que el gusto por el trolleo sin fin.
Como dato final, es vergonzoso que, al menos en la CDMX casi no se encuentra en ningún cine, seguramente prediciendo que a nadie se le antojaría ver la secuela a un clásico de fin de siglo... como anécdota, me costó bastante trabajo comprar los boletos para verla por la sobredemanda de tanta gente queriendo seguir siendo parte de este fenómeno; Ergo las distribuidoras son una mierda y nunca entenderán.
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