domingo, 14 de enero de 2018

The Disaster Artist (2017)

Ya hablamos de The Room en la entrega anterior, ahora toca el turno de la que no solo las distribuidoras decidieron teníamos que esperar para ver hasta el año siguiente a su realización, sino que ahora también es parte del pleito-berrinche Cinépolis Universal, por lo que aún si sale en cines, solo saldrá en las salas de Cinemex o alternativas, condenando sus proyecciones a asientos incómodos y palomitas desabridas... gracias al cielo por internet ya la hemos encontrado, visto, y es turno de reseñar.
The Room se volvió famosa a nivel mundial gracias a esta cinta, la dirigida por James Franco, de la cual se empezó a hablar en demasía desde el inicio de su producción, y durante este mismo tiempo comenzó el fenómeno Wiseau en internet que ha inundado facebook, youtube y afines con videos sobre el misterio y el estudio de la peor película de la historia. Con la llegada de la temporada de premios, Disaster Artist ha salido a flote como una de las mejor condecoradas, la película sobre cómo se hizo The Room basada en el libro biográfico de Greg Sestero ahora es una indispensable de la temporada y esto es lo que pensamos tras vivirla.
La cinta empieza como la historia se ha sabido por doquier, cuando Greg (Dave Franco) y Wiseau (James Franco) estudiaban teatro. Greg era un tímido tonto, Wiseau un desvergonzado sobreactuado; se hacen amigos -o talvez más- y Wiseau lo invita a vivir en su depa vacío en Los Ángeles para probar suerte en Hollywood, sin embargo, ambos fracasan; cuando no ven cómo ser aceptados en este mundo tan exigente, a Greg se le ocurre decir que ellos deberían hacer su propia película; Wiseau le da la razón e inician. Consiguen todo lo de la producción, el dinero fluye misteriosamente a cántaros a adentrarse en el proyecto más raro que la industria haya concebido. El personaje de Wiseau se irá acomplejando escena tras escena hasta volverse el mito fílmico que es en la actualidad.
Sin llegar a volverse una mofa absoluta de la personalidad de Wiseau, JF consigue hacerle ver como un visionario sin control de sí mismo, un loco ciego con un poder aparentemente ilimitado, un incomprendido en un mundo de reglas absolutistas y un personajazo como una biopic debe tender a mostrar. Su actuación es trascendente e innolvidable; su interacción con el resto del cast invaluable; de la mano de su hermano menor hacen una de las más alocadas parejas de cine de las que tenga memoria, y mayor aún es su logro al alcanzar colarse entre las principales películas de la temporada de premios 17-18.
A la cinta se le incluye la participación de gente como Seth Rogen, Ari Graynor, Josh Hutcherson, Jacki Weaver, Alison Brie, Sharon Stone, Melanie Griffith, Zac Efron, Bryan Cranston, Bob Odenkirk, entre otros tantos artistas más cuyos cameos tan solo muestran que la popularidad de los Franco en el medio es la crema y nata del Hollywood actual; justo a la gente que Wiseau alguna vez tanto trabajo le costó deleitar.
La cinta termina siendo un viajesote a la personalidad de Wiseau, una ácida muestra de su antiarte tan sincero como la más básica de las mentes humanas puede ser mostrada. Los Franco hacen un trabajo suficientemente bueno, que con un básica manera cinematográfica alcanza una narrativa destacada, concisa, sólida y bastante recomendable. Es una lástima que no se podrá ver en salas respetables, pero así funciona el medio... cuántas buenas películas nos son imposible de ver en las grandes salas por idioteces como esa... por lo que googleenla y seguro, como nosotros, hallarán la línea de un alma piadosa que la haya subido al internet al alcance de nuestras manos bárbaras.












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