lunes, 20 de abril de 2015

The Fly (1958)

Cuando la ciencia ficción aún era un paréntesis sin cerrar, y la estética del cine parecía un cartel vintage, usando como referencia la tele y radiotransmisión, George Langelaan escribió un cuento corto después adaptado por Kurt Neumann sobre la teletransportación, y más específica y trágicamente, sobre la teletransportación fallida, la mezcla de átomos readaptándose en el traslado transcorporal, creando a un ser icónico, trascendente, alucinante: ¡la mosca!
Estelarizada por David Hedison, Patricia Owens y el tenebrissimo Vincent Price, la historia comienza como pocas películas comenzarían en el cine actual, con un golpe que revela un hombre decapitado y la sangre derramada por toda la máquina que le dio fin, una mujer, la esposa de la cíctima (Owens) se declara culpable, pero empieza a actuar errática comenzando la policía y su cuñado (Price) a considerarla loca; pero cuando empiezan a encontrar una lógica en su comportamiento, una extraña fijación en las moscas, a base de engaños la convencen de que les narre lo que realmente sucedió, una historia sobre avence científico y sus consecuencias, la conocida narración de la fusión atómica por el error del traslado cuando no solo entra el adn humano a la máquina transportadora, sino una mosca también, sacando a dos seres mutados, mitad humanos mitad moscas, uno con brazo y cabeza de mosca, el otro con cuerpo de mosca y una cabeza y brazo de humano. Ahora estará en el cuñado y la policía el creer o no creer en la increíble historia que la "victimaria" les ha contado.
Obvio la referencia de la cinta de Cronenberg y el capítulo de los Simpson son la referencia directa a nuestra generación, pero de ahí en fuera cada segundo de la película es una joya pop de comienzos de la ciencia ficción, mostrando una ingenuidad que roza con los otros proyectos de Price y seguro sirve de inspiración a tantas y tantas películas de los años siguientes que ayudaron a formar no solo el cine de ciencia ficción sino la cultura que hoy en día vivimos, y que nos rodea instante tras instante.
La cinta, entonces es una absoluta maravilla de la cinematografía que todos deberían de conocer y a la que se le debería guardar aún más culto del que ahora se le tiene, pues sin pensarlo es una de las más grandes cintas para definir lo que ahora somos, y la cultura multimediática es rodeandonos y rehaciéndonos.









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