domingo, 31 de enero de 2016

Cartel Land (2015)

Casi siempre, dentro de las categorías menos vistas dentro de las cintas nominadas para los óscares, se encuentran casi secretos todos los documentales; sin embargo, éste año Netflix nos ha librado de justificaciones y ha puesto (o pondrá brevemente) en su catálogo a las nominadas para que todos tengamos acceso y también podamos opinar al respecto. La primera que nos echamos fue Cartel Land del director Matthew Heineman, y contando entre sus productores con Kathryn Bigelow.
El documental nos cuenta, obviamente, la guerra contra el narco, específicamente en el periodo reciente del régimen peñanietista, sobre todo enfatizando el momento de las autodefensas de Michoacán. Pero la línea narrativa se divide en 2: La principal es la de la carrera del Dr Mireles, su preámbulo, contexto y situación que queriendo o sin querer le llevan a liderar a las fuerzas de autodefensas de la zona, hecho que le consagra y poco a poco le va chupando la vida hasta que mesiánicamente se halla con su propio Judas, el Papá Pitufo, y el movimiento se va a la basura... contando con un cruento epílogo donde cínicamente un policía federal hace metanfetaminas (creo) y declara que sí trabajan tanto para el gobierno como para el narco. La segunda historia, contada entrelazada con la otra, es la de un gringo llamado Tim Foley, quien según él caza narcos porque así como película de los 7 Magníficos, los narcos siempre llegan a su poblado cerca de Tucson, a robar, incendiar y violar a sus mujeres, situación que le hizo ser un héroe y comenzar su vida de vigilante cazamexicanos para salvar a su nación... Y pese a tratar de hacer lucir a este sujeto como una especie de héroe incomprendido, realmente termina viéndose como racista enmascarado, cuyo segmento más parece ser puesto forzadamente para justificar que el narco también afecta a Estados Unidos, que contar una historia real, que sea realmente paralela a la heróica tarea de Mireles...
En contenido general, la película es bastante buena, pero ese paralelismo que se trata de dar, realmente no llega a conectar jamás. Además que pese a las buenas secuencias al lado de Mireles, algunos cortes en la línea que no se pudieron documentar, como el avionazo o la caída del líder michoacano restan puntos para que sea lo mejor de la mejor.
De cualquier forma, no por nada el trabajo de Heineman ha sido aplaudido en más de un festival con galardones difíciles de conseguir dándole una posibilidad real de ganar la estatuilla académica de este año.
El documental, como menciono, está disponible en Netflix, y es totalmente recomendable. Ahora ya no tenemos pretextos, el formato documental dentro del cine ahora está al alcance de todos, y con acciones como éstas (la de Netflix) y contenido como éste (el del documental), el estigma contra el género se irá desvaneciendo volviendo a los documentales como algo básico en el buffet del cinéfilo hambriento de más y más historias para devorar.








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