Autobiográfica, autoanalítica, crítica, deseosa...Guido (Mastroianni o ¿Fellini?) encontrandose con la espera de sus fans y el mundo del espectáculo de su próxima producción, sobre ¿de qué tratará? ¿qué secretos guardará? ¿qué secretos descubrirá?, pero Guido no tiene nada en la mente, o quizás sí, su amante, su esposa y su sueño de tener un harem, sus recuerdos de la niñez (que subsistirán similares en la obra del director aún en Amacord, entre otras), todo para canalizarse a su propio espíritu de que el artística siempre fue y siempre ha sido él mismo, de niño, dirigiendo un circo que él mismo formó, con los caricaturezcos personajes que al final sí existieron en su caminar.
¿Spoiler? Dependerá de quien lo entienda, de quien lo lea, y de quien me crea...
Éxito en Europa, y pese a que Fellini imaginaba que no pasaría, éxito en Estados Unidos, remakes, homenajes, menciones, trascendencia... La película es una belleza constructiva, emotiva, propostiva, musical, literal, literaria, estética, y cuantos adjetivos similares se le puedan asignar; y desde los ojos de quien escribe este blog es LA PELÍCULA...
Una maravillosa recomendación que simplemente se podría resumir en el artista siguiendo creando.

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