La cinta narra las aventuras de un teatrero ambulante que hace un trato con el diablo para llevar a la gente que ingresa en su foro al interior de sus imaginaciones, sin embargo, el diablo cobrará lo que el teatrero le debe.
Sin duda, no podemos decir que esta sea una de la más reconocidas de Gilliam, pero ese menosprecio general no significa que la película no sea otra maravilla gilliameana, pues toda la exploración a la idea del "imaginario" es sencillamente sorpendente, además de las actuaciones de todos, destacando la dinámica entre Plummer y Waits que hacen de la película una odisea preciosa hacia lo surreal de la mente ávida de experiencias más allá de las concepciones ordinarias. Muy recomendable!

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