Malos efectos especiales, malos diálogos, mala dirección de fotografía, secuencias mal editadas, un pseudo indestructible de personaje principal, y con todo esto, Mega Piraña podría ser de las menos basura de la casa de los mockbuster, Asylum; pues con todo esto es comparable (en historia) con cintas de grandes íconos ochenteronoventeros como Steven Seagal o Jean Claude Van Damme, pues el chiste con ellos era verles hacer artes marciales ¿no?
Dirigida por Eric Forsberg, y estelarizada por Paul Logan, que bien podría ser una especie de cuarto rey mago para los Expendables, y la cantante indie Tiffany, la cinta nos narra la historia de cómo una doctora gringa (Tiffany) en Venezuela experimenta con peces del Orinoco, engordándolos, fortaleciéndolos, etc; sin embargo el experimento sale mal y las pirañas empiezan a hacerse más violentas y fuertes, además de crecer a velocidades sorprendentes, siendo el primer ataque registrado a una lancha donde van diplomáticos estadounidenses y venezolanos; sin embargo, con el plan de empezar un conflicto transnacional, el ataque a la lancha los venezolanos lo tapan de terrorismo, por lo que E.U. manda a un agente, Fitch, a investigar con certeza qué ocurrió en el Orinoco, siendo ahí donde conoce a Sarah Monroe (Tiffany), y ella le convence de creer lo que realmente ocurre, tratando a través de Fitch de convencer a los venezolanos de que los ayuden a detenerlos, pero como estos están más aplicados en su complot internacional, no los pelan sino hasta que las pirañas ya están demasiado grandes y se dirigen a Florida.
Poniendo a Logan como un bueno para todo, un expendable, la cinta es otro compendio más de mala estética, falta de arte, y un despliegue asombroso de falta de talentos, pero al final, el guión del mismo Forsberg la pone entre las menos apestosas de su género, lástima por la dirección que dista mucho de ser memorable.
Nuevamente, como en todos los mockbusters, se recomienda pero con la discreción necesaria que cualquier mockbuster merece.
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