jueves, 28 de agosto de 2014

Lovelace (2013)

Cuando se anunció que se haría una biopic de Linda Lovelace y su implicación en la película pornográfica más importante de la historia, todos los medios cinéfilos estallaron, y empezaron a echar guirnaldas incluso antes de saber un 1% de lo que la producción implicaría; cuando se anunció a Amanda Seyfried se auguró que ganaría el oscar, que el munco giraría por ella; sin embargo que esté linda y ya esté entre las más relevantes de su generación no la hace el hito que se pronosticaba, ni antes, ni aún después de haber visto la película, que al final se estanca en la expectativa pasa y el ruido que antes había provocado cesa fácilmente y la vida sigue...
La película que narra el despertar curioso teen de Linda Boreman (Seyfried), que con su amiga Patsy (Juno Temple) conocen al manipulador Chuck (Peter Sarsgaard), quien empieza a inducirla a las fiestas y el tono perverso que él maneja, que hace que sus papás (Sharon Stone y Robert Patrick) rechacen su relación, arrinconándola para volverse su esposa; lo que la lleva de lleno a la sucia (pero no elegante) vida de Chuck, quien aprovecha su gusto por el cine y su deseo de convertirse en actriz, para introducirla al mundo del porno, todo promovido por la fascinante facilidad con la que a Linda se le da el sexo oral. La contratan, le cambian el nombre, graban Garganta Profunda, se hace famosa, hasta a Hugh Hefner (James Franco) impresiona, y luego vuelve al asqueroso mundo de Chuck, donde es golpeada, humillada y obligada a los más grotescos e innecesarios actos sexuales que cualquier mujer pudiera pasar...
Y bueno, aunque el propósito de la cinta, que los directores  Rob Epstein y Jeffrey Friedman parecen tratar de destacar, que es el hecho de cuán cerdos nos vemos los hombres babeando y jadeando alrededor del cine porno (justificando la existencia de las mentadas feminazis), y destacando las actuaciones de Seyfried y Sarsgaard, además de la escena donde el padre le cuenta a Linda que vió la película (despertando el gran dilema moral del que cualquier persona que ha pensado en la realización/participación de una película porno tendría (sí, ustedes también punks rudos nihilistas)) la película no sale de esos flashazos repentinos que a veces se sientes tendenciosos y pretenciosos más que geniales de naturaleza propia; por lo que opaca esas luces que contiene y lo deja en lo tenue del universo del "da igual"...
Por lo que si usted es fan de Lovelace y del porno, aún con todo esto, puede salir decepcionado, pero sabiendo que no es ni mala ni buena película, irrelevante y intrascendente. El mensaje es bello y deberíamos de aprender a controlar nuestro irracional machismo, pero fuera de eso, no hay gran propuesta cinematográfica o narrativa... equiz....







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