Durante la guerra fría, la CIA empezó a patrocinar proyector artísticos con contenido anticomunista, y cuando los directores John Halas y Joy Batchelor comenzaron una película sobre la Rebelión en la Granja de George Orwell en Inglaterra, la CIA puso todo el dinero para la producción, ayudando también en su difusión y su calidad, considerándose por muchos críticos de tal calidad que es comparable con las grandes producciones de Disney, pero con una temática seria, más tendente para adultos pero asumible igual para pequeños.
Sobre la lucha por una granja entre humanos y animales, el establecimiento de un nuevo orden por parte de los vencedores, los animalitos, y cómo los líderes marranos se van corrompiendo con el uso del poder pésele a quien le pese; la cinta es una joya animada precursora de las animaciones para mentes más complejas que la que Disney o Fantasías Animadas de ayer y hoy daban a su público en Norteamérica.
Una excelente producción, lástima por los motivos en la que se hizo, pero al final como pieza filmica es un gran homenaje a Orwell.
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