Antes de la era de los superhéroes solo Tim Burton tenía la capacidad de hacer algo bueno con las capacidades técnicas e ideosincráticas del momento; así que cuando Estados Unidos decide hacer la película del máximo de los videojuegos de luchas, Street Fighter, cambian la historia, la arreglan como pueden, ponen un par de actores del momento y listo, éxito en taquilla, muerte en la bienhechura y la crítica.
Dirigida por Steve E DeSouza, diestro de cintas de acción (no de superhéroes) como Die Hard, y estelarizada por Jean Claude Van Damme, el rudo del momento, Raúl Julia, recién ícono popular gracias a The Addams Family, Kylie Minogue, antes de su auge, Ming Na y Byron Mann; la cinta narra el proyecto del villano Byson para conquistar el mundo al lado de su corporación Shadaloo, a lo que el gobierno de Estados Unidos, comandado por Guile tendrá que salvar al planeta con repentinas ayuda de gente del rededor del mundo (el resto de los personajes del videojuego) que le ayudan en algunas cosas para lograr su cometido.
Descentralizando al personaje Ryu como el estelar, por no ser gringo, la película es burda al grado de ponerle un tablero arcade para la utilización del armamento de Byson, frases trilladas cool para el momento y pésimos efectos especiales que más nos recuerdas al Chapulín Colorado y al Santo contra las Momias que a las importantes del momento como Terminator o siquiera Robocop.
Siendo la última película de Raúl Julia antes de su muerte, la película solo vale la pena como memorabilia o símbolo de nostalgia para los que la vivieron de niños, de ahí en fuera es una mala película y mal intento del progreso en el género de los superhéroes que pronto llegaría a su cumbre; aún así véala bajo su propio riesgo, de reír y reír entre absurdo y absurdo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario