Luego de ver la primera parte, uno escucha de la precuela y ni ganas de verla en repetición en canal 5 uno tiene; sin embargo, la vida es larga y cuando no hay nada más qué hacer, la convivencia cinematográfica se presenta como única opción; y si la cartelera incluye cochinadas como Soltera Treintona y No Manches Frida, pues no queda de otra que entrar a ver lo menos peor disponible... osea vimos la precuela de la saga de Hasbro producida por Michael Bay, la increíblemente bien traducida de título: Ouija- El Origen del Mal.
Contada en los años 50´s, la historia narra la historia de las Zander, unas psíquicas fraudulentas que basan su pobre vida en la estafa de los creyentes. La mamá (Elizabeth Reaser) tiene que mantener sola a sus dos hijas (Annalise Basso & Lulu Wilson) en un mundo cada vez más moderno. Como era de esperarse, de un momento a otro, la mayor (Basso) va a una fiesta donde hay una ouija, y uno dice para sí "aquí vamos otravez"; pero no, ahí solo aparece como sugerencia para usar el juego en las estafas de la mamá; solo que cuando el juego es usado en su casa la verdadera maldad es desatada.
En un principio la mamá empieza a tratar de amañar el juego, pero cuando la menor (Wilson) empieza a usarle el espiritismo comienza. Los espíritus solo se comunican con ella; empieza a ser físicamente afectada; la mamá la usa en sus actos; la magia está sucediendo... aparece un demonio.
Una vez la pequeña ha sido poseída el mal comienza a revelar secretos que cada vez más ligan ambas cintas en lo que no parece un azaroso drama, sino una producción bien pensada, que al final nos conduce a un muy bien llevado desenlace, que jamás creeríamos una película de bajas expectativas daría.
¿Qué? ¿Estoy aplaudiendo una cinta que inicié criticando? Se llama prejuzgar, lo hacemos todos todo el tiempo... Apenas hace poco me quejaba del trabajo de Mike Flanagan en Before I Wake, sin embargo, su dirección en la que vendría siendo La Ouija Zero es bastante destacada, muy acertada e asombrosamente inesperada. Comenzando del diseño de producción que adecúa el tiempo a los 50´s, la manera de empatizar a los personajes con el público, y finalmente la adecuación de una saga premarchita a lo mejor del cine de horror B que podamos recordar, comparable incluso con nuevos clásicos como Insidious o hasta El Conjuro. La película es una de las mejores sorpresas del año, y se vuelve un grato momento que deviene de una baja expectativa, apantallando como cada película debería de hacer, regresandonos la fe en el director y en el cine terrorífico.
No por la nada es la mejor valuada película de Hasbro, y no por nada es una definitiva recomendación de este blog cíclope cinéfilo.
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