miércoles, 2 de noviembre de 2016

Brazil (1985)

Inspiradora de nuevos clásicos como Sucker Punch, Dark City, Naked Lunch, Pi y hasta la fabulosa Batman de Tim Burton; el gran hito de Terry Gilliam es la titulada por el score, que se basa en la canción homónima de Ary Barroso, la cual aparecerá intermitentemente como parte de la trama que navega entre el neo noir quasi steampunk, y el surrealismo onírico pop. La cinta, por su rareza y estilo único es quizás el primer resplandor del director que a la fecha es parte del olimpo cinematográfico, siendo de los principales pilares del séptimo arte.
Centrada en la historia de Sam Lowry (Jonathan Pryce), quien sueña que vuela a una hermosa mujer de rubia cabellera (Kim Greist), todo mientras subsiste en un distópico mundo futurista en algún lugar del siglo XX burocratizado kafkeanamente, donde cualquiera que incluso piense mal en contra del gobierno es considerado un terrorista; aquí entra el segundo plot, el inicial, el del error donde un tal señor Buttle es confundido con otro de nombre Tuttle... al primero se le mata tras confundirlo con el terrorista Tuttle... Lowry tendrá que llevar un dinero de compensasión a la viuda, y es ahí, donde epifánicamente halla a la mujer de sus sueños, que, para seguirle el rastro tiene que aceptar una oferta de ascenso promovida por su mamá (Katherine Helmond), una señora de alta sociedad, dándole acceso entonces a archivos solo al alcance de los burócratas de mayor rango; metiéndole en un laberinto de caos del que ya no podrá salir.
Completando el elenco con Robert De Niro, Ian Holm, Bob Hoskins, Peter Vaughan, Jim Broadbent, entre otros, la según basada en 1984 de Orwell (sí tiene muchas coincidencias, pero talvez tiene muchas más diferencias), termina siendo un profundo y laberíntico tesoro cinematográfico que justifica totalmente su status de culto, como una de las más maravillosas piezas futuristas surrealistas que haya habido en la historia del cine.
La película, por supuesto, es una indispensable en recomendaciones, y ningún cinéfilo puede eludir la responsabilidad de conocer y presumir esta joya fílmica que vuelve a su director el titán consolidado que ahora es.








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