lunes, 2 de junio de 2014

Star Wars:Episode I - The Phantom Menace (1999)

Para nuestra reseña número 700 hablaremos de la máxima franquicia de ciencia ficción que el séptimo arte haya visto; y aún con su expansión geek que ha tenido, casi al grado de certificar la religión jedi, nadie puede negar que sin duda la saga no solo es una magnífica historia espacial, para muchos la mejor, sino que ayudó en la revolución técnica y tecnológica del cine que ahora gozamos todos, pudiendola ver entonces como el Orson Welles o el Hitchcock (tecnicamente hablando) del cine de ciencia ficción.
Habiendo frenado el alargamiento de la saga en 1987 (por sus problemas económicos ante su divorcio), George Lucas da un paso para atrás con la intención de abandonarla, pero ¿cómo puedes culminar a esa hidra que tú mismo creaste? imposible, así que mientras seguían naciendo warsies en todo el mundo, la tecnología cinematográfica dió el llamado de vuelta al proyecto que alguna vez bosquejeo en su mente, que su trilogía original de Star Wars sí eran los capítulos 4, 5 y 6, y era momento de narrar el origen de lo que pasó ahí, el origen de Darth Vader.
Naciendo el título de la Amenaza Fantsma  por la creciente maldad del entonces Canciller Palpatine (Ian McDiarmid), cerca a su conversión a emperador, la historia narra la invasión de la Federación de Comercio al planeta Naboo, donde reina la Reina Amidala (Natalie Portman), pero gracias a la presencia de dos guerreros jedi ahí, Qui Gon Jinn (Liam Neeson) y Obi Wan Kenobi (Ewan McGregor), la reina y su círculo cercano logran escapar, teniendo que hacer parada en el planeta Tatooine por refacciones para la nave en la que van; ya ahí, es imposible conseguirlas, aún cuando si las hay, por lo que un niño esclavo llamado Anakin Skywalker (Jake Lloyd) propone ganarlas en una apuesta en la que él correrá una nave pod, Qui Gon acepta debido a que siente la máxima fuerza dentro de él, así que cuando Anakin gana la carrera parte con los jedi para tratar de convencer a los jedi de poderseles unir, pero al llegar ahí hay caos político y burocracia que a nadie sirve, por lo que Amidala decide regresar ella misma a Naboo para resolver el problema con ayuda de todos los seres de su planeta.
Con un elenco completado por el amigo de George Lucas, Samuel L Jackson y el fabuloso acróbata Ray Park como Darth Maul, el villano en turno (uno de los mejores de la saga completa), la cinta es excelentemente musicalizada por el inmortal John Williams, que incluso supera su trabajo en la saga original, ayudando a abrillantar épicamente la cinta, y con todo esto, la cinta es ampliamente criticada mayoritariamente a la presencia de un nuevo personaje que a nadie gustó: Jar Jar Binks, cuya constante en la cinta conlleva al hartazgo y al deseo de que aparezcan los sith y lo maten.
Tenemos entonces los puntos buenos y los puntos malos, pero en una crítica más amplia y objetiva, así como antes la saga inicial ayudó al progreso cinematográfico, podemos ver la escuela que la Amenaza Fantasma tiene casi inmediatamente, pues la influencia y escuela de secuencias como la de la batalla final en Naboo tienen clara repercusión en las tremendas secuencias de guerra del Señor de los Anillos o Las Reliquias de la Muerte 2, por mencionar las más relevantes; además de revivir la euforia warsie, ayudar a la geekezación que encuentra su cumbre en series como The Big Bang Theory o hasta Family Guy o Robot Chicken; teniendo entonces que pese a las fallas, como el mentado Binks, y la evidente lejanía que tiene con los conflictos importantes de la saga en general, o las largas secuencias burocraticas del senado galáctico, la cinta tiene tanta importancia como sus predecesoras las tuvieron en su momento, si no es la mejor lograda de Star Wars, ésta película es inmenospreciable y indemeritable, pues su papel en la historia se mueve hacia el pasado y el futuro, y este último aún se ve lejano, allá en una galaxia muy muy lejana.
¡Claro que es recomendable! (Solo ignoren a Jar Jar Binks)








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