En unos años, en la que se supone es una era postnuclear (pues en ningún lado dicen eso), un equipo de "policías" cuidan a la gente de los matones de las carreteras, un grupo de chopperpunks vestidos como si pertenecieran todos a Judas Priest; y es en la primera persecusión donde Max Rockatansky (Gibson) y su amigo Goose (Steve Bisley) matan al más maloso de los matones, el Night Rider (Vincent Gil), desatando una ola de "ultraviolencia" (sí, la ultraviolencia como la de Naranja Mecánica pero mal desarrollada, 1000% más explotable), en la que primero Goose termina incendiado y deformado, provocando que Max decida dejar la fuerza; y después alcanzando la violencia a su esposa (Joanne Samuel), provocando la furia real de Max en contra de Toe Cutter (Hugh Keays Byrne) y el resto de los matones, hasta el grado de volverse finalmente Max el loco.
Destacando, sin duda, los momentos de violencia, que te hacen despegarte por instantes de tu asiento, pues el grado de divertida crueldad de los malos inicia una trama prometedora que realmente nunca sucede, la película es un tanto tediosa y aburrida, pese al conocimiento de la superproducción que realmente fue... La cinta fue bien vista por el público internacional, abriéndole la puerta a la saga que terminó siendo, abriendo las puertas de la carrera de Gibson, y sobre todo al hecho de que el cine de acción de explotar carros en Australia se volvió toda una tradición que destacó dentro de su filmografía y que inspiró de sobremanera a mucho del cine del género hasta estos días (no por nada la importancia de Zoe Bell en Death Proof)
La cinta es recomendable si les interesa conocer la saga completa, la carrera de Gibson o el cine australiano de acción; si solo es un hecho aislado seguro encuentren algo mejor que ver en otro canal.

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