Mientras por un lado la tendencia hacia la violencia se pintaba de Tarantino, otro hit de los 90´s fue la tendencia a la drogadicción generada por la decadente generación X, falta de esperanza, falta de ilusiones, falta de sentido para existir, solo había consumo, perdición, buena música y la deprimente espera de una sobredosis o el corage necesario para dispararse uno mismo en la cabeza; lo que hace surgir una serie de películas iniciadas en Trainspotting donde la diversión de las drogas poco a poco se transforma en declive voluntario, y en esta misma línea podemos encontrar Requiem de Aronofky o la mencionada aquí "Viaje Ácido", escrita por el mismo de Trainspotting, Irvine Welsh, y dirigida por quien más adelante se atarantinara* con Lucky Number Slevin, Paul McGuigan.
Sobre tres historias cortas que van del romance a la ira intermitente, a las metamorfósis absurdas kafkianas con juegos de soccer escocés, y un humor tan ácido como el viaje mismo que la cinta representa, la película estelarizada por Ewen Bremner, Michelle Gómez, Maurice Roeves, Jemma Redgrave, Stephen McCole, Simon Weir, el mismo Irvine Welsh, entre otros, es solo una sucesión de la era Trainspotting, pues es muy buena individualmente hablando, sin embargo, por el contexto en el que sale termina siendo solo una consecuencia de la tendencia momentaria, sin ser tan grande como la referencia en cuestión; es cool, es "teen", es adoc, pero no es Trainspotting. No obstante si a usted le gustó la mil veces mencionada, The Acid House será una buena película para ver también.
*atarantinarse.- tratar de tirarle a ser Tarantino, con o sin éxito.
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