jueves, 12 de febrero de 2015

Still Alice (2014)

Con la temporada de premios aún andando, el tiempo de ver la selección de la crítica y la academia sigue viable, por lo que la película que tocó ahora fue Still Alice de los directores Wash Westmoreland y Richard Glatzer, quien basados en el best seller de Lisa Genova le dan a Julianne Moore el rol que la ha condecorado en cada premiación por la que pasa, pero ahora, habiendo visto el producto podemos juzgar verdaderamente, y ¿qué encontramos? Para comenzar podemos mencionar que todos los que conocemos el trabajo de Moore sabemos que es excelente, teniendo quizás como únicos paréntesis Carrie y El Séptimo Hijo (que recuerde), pero de ahí en fuera no creo que en el mundo entero haya un hater del trabajo de esta fenomenal actriz, que en éste caso en partícular menos que en cualquier otra producción queda mal; pero ¿eso ya la vuelve la asegurada mejor actriz del año? aquí consideramos que hay una trampa y esa trampa es la empatía constante que Moore se ha ganado, por lo que si en The Kids are Alright no se lo dieron, tenía que salir de uno u otro modo, pues todos admiramos su trabajo, y qué mejor tiempo que ahora para dárselo de calle... pero ¿la empatía te hace acredor asegurado al óscar? la historia dice que sí...Sobre la historia de Alice Howland (Moore), maestra condecorada de la universidad de Columbia en el área de lingüistica, quien cierto día descubre que tiene Alzheimer temprano, y ahora tiene que cambiar toda su vida, y esto implica que su familia también la cambie por ella, haciendo de esta humillante y decadente enfermedad se vuelva el último destino del que pese a que trate de atrazar,ya no habrá vuelta atrás (a menos que llamen al viejo de Amour (chiste cinéfilo ñoño)); dejando a Alice en esa inevitable encrucijada que la devorará hasta la última y deprimente escena del film.
Entonces, Moore es excelente, por supuesto, para variar, como siempre, y cuantos calificativos forevereanos haya, sin embargo ese pase directo al premio seguro es el que nos deja un tanto insatisfechos con la temporada, claro está aún sin restar el más mínimo de empeño de la actuación de ésta fenomenal actriz que más de una vez nos ha demostrado que es de lo mejor de su generación.
Pero bueno, estamos hablando de una película, no de una actriz ¿no?
La cinta, que incluye las actuaciones de Alec Baldwin, Kristen Stewart, Kate Bosworth, Hunter Parrish, entre otros, como todo estructural es un tanto cargado en el peso solo en Moore, algo que los directores Westmoreland y Glatzer parecieron verse confiados, y pese al buen desarrollo, es por ella que la cinta tiene un sentido más allá de lo educacional con respecto a la cruel enfermedad; pero aquí hay un sin embargo positivo que nos da gusto mencionar, y es el hecho de que cada vez se va viendo más y más la descrepusculización de Kristen Stewart, que más allá del peso actoral de un acompañante histriónico como lo es Baldwin, es esta amante de vampiros brillosos el único personaje que destaca en esa gran sombre mooreana, pues crea una personaje empatizable, sólida y bastante aceptable, algo extremadamente destacable luego de su patética trayectoria dentro de la otra saga mencionada en su introducción, por lo que la mención especial de la reseña es para ella, a la cual esperamos seguir viendo en mejoría para algún día entrar en la verdadera élite cinematográfica y no solo en la élite de las celebridades alrededor del séptimo arte (otra mención ñoña, esta vez birdmaneana).
Entonces la cinta es aceptable, la actuación de Moore es, como siempre, espléndida y entrañable, y la de Stewart destaca como nunca antes había vístose, haciendo del todo del film algo recomendable, pero con el énfasis a lo mencionado, en espera de que los ríos académicos no sigan tendencistas, sin afectar el ya inamovible legado de la escepcional Julianne Moore.







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