Cuando no sabes que ver, zappeas y ves que el menú te dice que pasará una película donde salga Simon Pegg, pónle... ya, es un hecho... no me ha tocado ni una sola ocasión de que falle... sí, todos lo conocimos por Shaun of the Dead, y decíamos que Edgar Wright era el genio, y Pegg solo un instrumento... pero ya con ver ésta, con todo y siendo una comedia romántica, se puede decir que Pegg es un sello de calidad, que desde la saga Cornetto se esparció, pero que su presencia y persistencia han reafirmado.
Dirigida por Ross Geller, aka David Schwimmer (¿qué? ¿creían que ya había muerto?), la cinta nos narra la vida de uno de los fracasados más, descritos por un guión hecho por el mismo Pegg, de la larga lista de sus personajes; ésta vez llamado Dennis, que por cobarde nunca llega a su boda con su embarazada prometida (Thandie Newton), y pierde la oportunidad de su vida. Cinco años después la reencuentra de novia con un mamonzón llamado Whit (Hank Azaria), y para impresionarla y a la vez bajar la panza que ya se carga, decide participar en el maratón Nike de Londres, consiguiendo apoyo de su amigo Gordon (Dylan Moran), y un hindú llamado Ghosh Dastidar (Harish Patel), teniendo que todos los que le conocen saben que nunca ha acabado nada y en general le tiran mala vibra de que no solo no ganará, sino ni terminará la carrera... algo sucedería que interrumpería ese repentino entusiasmo. Antes de la carrera, Whit ofrece matrimonio a su ex, Libby, por lo que se desanima y empieza a decir que no correrá, pero cuando su hijo se pierde, y corre para hallarlo, Gordon enfatiza el hecho de que su entrenamiento ha sido fuctífero y deberá participar, y demostrar a todos que no es el perdedor que todos dicen que es. No obstante al inicar la carrera se cae, se lastima el tobillo y parece que su sueño se frustrará ¿o no?
Con un poco del humor de Liar Liar, pero con el mejor carisma inglés de Pegg, la cinta es parte del catálogo de I-Sat, que ya habla bien de su calidad, pero a parte, como menciono antes, es una prueba que hasta en el más pequeño de los proyectos un actor de la calidad de él puede hacer una historia innolvidable y enteramente entretenida, que nos recuerda que la comedia no solo es un batido asqueroso que contiene a Adam Sandler y su apestoso séquito de lameculos.
La cinta es absolutamente recomendable, pero como no es tan famosa es difícil de conseguir, por lo que si tienen oportunidad de verla, es una momento que deben aprovechar y gozar, porque esas casi dos horas de diversión ofrecidas por Pegg seguro valdrán la pena haber pasado.
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