Directo de las páginas de la revista de crítica de cine Cahiers du Cinema, el nouvelle vague Francois Truffaut, quien podría considerarse al lado del más experimental Jean Luc Godard, los más importantes y relevantes expositores de dicho movimiento, Truffaut trae su primer largometraje volviéndolo al instante una de las más importantes películas del movimiento, una de las más importantes películas de su carrera, una de las más importantes películas francesas, una de las más importantes películas de la historia.
Sobre quien se volviera su álter ego Antoine Doinel, interpretado por quien le volvería a interpretar una y otra vez a lo largo de su vida Jean Pierre Leaud, y la vida que lleva de chamaco, con una pareja de padres desinteresados, que le propician a la vida fuera de casa, motivándole con esto al comportamiento inadecuado y hasta criminal, afrontando al mundo cruel tal cual es, sin haber perdido su inocencia que le caracteriza como niño.
Sin duda una fabulosa historia que nos recuerda más al neorrealismo italiano que a lo que más se conoce de Godard en Band Apart o Le Mepris, la cinta es una joya de la cinematografía y nos prueba a cada minuto de la cinta que el objetivo del grupo Nouvelle Vague se cumple a cada instante del desarrollo de la que podría ser hasta la máxima de las creaciones del director, quien se consagra aquí en el gremio como uno de los máximos de la historia y uno de los franceses favoritos de Hollywood.
Sin duda, sea amante del cine complejo o del blockbuster, esta es una indispensable para el cinéfilo básico como una de la más hermosas y bien hechas cintas de su generación y de la historia. Fabulosa.
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