Comenzando la cinta con la premiación del Dr Crowe (Willis), y su fortuito encuentro con un expaciente resentido, lo que parece ser un hecho pasajero se torna la piedra angular de cada diálogo de la cinta; pues sin saber a ciencia cierta qué sucede realmente, parece que tiempo después Crowe ahora trata a un nuevo pacientito (Osment), con el que quiere redimir sus errores para con su exagresor, dándose cuenta que quizás el factor más afectante en el caso del niño es que ve gente muerta, y es lo que altera su modus habitual y lo vuelve el reprimido bulleable que es; así entonces, lo que él cree necesario es solo ayudarlo a sobrepasar este paranormal problema, mientras a la par Crowe trata de arreglar el problema que se desató con su esposa (Olivia Williams) tras el hecho de la primera secuencia.
Complementando el elenco con la mother miss sunshine Toni Collette, la cinta es un clásico instantáneo, situable con otras cintas del estilo como Los Otros, donde ya no es necesaria la gran carga de sangre o efectos especiales para penetrar en la psique y el alma del espectador, y aterrárle y enternecerle con un tema propenso al tabú, que Shyamalan trabaja elegante e inteligentemente. Una completa recomendación: Básica.

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