Pese a la grandeza del artista Gustav Klimt, y la grandeza del artista John Malkovich, la cinta dirigida por Raoúl Ruíz es otro de esos ejemplos de porqué la mayoría de la gente odia el cine de arte, pues entre tanta pretención de grandeza, la cinta biográfica del artista austriaco se enreda solamente en sus propios pies, pues no sabiendo para donde disparar la historia en general, entre genialidad, pasión, romance, drama y cuanto se le socurrió la cinta es más un tedio que un placer...
Así que si usted va a empezar a adentrarse al cine de autor, se le recomienda no empezar por aquí, aunque si usted es un apasionado a Klimt pese a los impedimentos, pues adelante, el riesgo es suyo, si resiste sin dormir, claro está.
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